Pedrera (Sevilla, España)

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  • Municipio de la provincia de Sevilla, situado en la Sierra Sur,, a unos 110 kilómetros de Sevilla. "El nombre de Pedrera nos remite a cómo, en tiempos medievales, la villa se había convertido en suministradora de balas para aquellos primeros cañones de artillería que usaban munición de piedra, alcanzando un renombre en esta materia por la excelente calidad de sus canteras dedicadas a la elaboración de estos proyectiles. Otra versión conocida es que para la restauración del castillo de Estepa y para la construcción de la calzada que llevaba de Estepa a Sevilla se pusieron en explotación las canteras decPedrera para sacar el material necesario. De aquí pudo surgir el actual nombre de este municipio de la sierra sur sevillana. En 1557, Pedrera obtuvo el privilegio real para poderse constituir como ayuntamiento propio, pasando a ser villa. Posteriormente, en 1837, al suprimirse los señoríos jurisdiccionales, dejaría de pertenecer al Marquesado de Estepa, convirtiéndose en Ayuntamiento Constitucional".

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  • https://es.wikipedia.org/wiki/Pedrera
  • https://www.pedrera.es/es/municipio/historia-del-municipio/historia/

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          ES ADMC 018-MV-V-C031-003-C · Item · 1990-1991
          Part of Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

          Una vez terminada la manifestación por las calles de Pedrera y tras las oratorias de los portavoces sindicales, se celebró una asamblea organizativa en la que las posturas de todos los sindicatos chocan con Comisiones Obreras. Intervienen en la asamblea: Francisco Campos, también conocido como "Tarzán", de Comisiones Obreras, un sindicalista de Confederación Nacional del Trabajo (CNT), Diamantino García Acosta y Juan Manuel Sánchez Gordillo, militantes del Sindicato de Obreros del Campo (SOC).

          Los vídeos que se poseen sobre este evento, siguen el siguiente orden cronológico:


          Por Manuel Velasco Haro.
          Entre Diciembre de 1990 y Enero de 1991, tuvo lugar la mayor huelga que se recuerda en el campo andaluz de las últimas décadas. Durante más de cincuenta días se paralizó la recogida de la aceituna por varias provincias andaluzas. El punto de partida fue Pedrera. A ella se fueron sumando con fuerza todos los pueblos de la Sierra Sur, y de ahí saltó a otras comarcas de Sevilla, Málaga y Córdoba.

          Las principales reivindicaciones fueron; un salario de 3500 pesetas, frente a las 3000 pesetas que se cobraban, (18 euros actuales), así como el derecho a un trabajo digno para las mujeres, ya que ganaban menos y en muchos tajos estaban excluidas.

          En esos casi dos meses de conflicto, largas caravanas de coches recorrían carretera a carretera, pueblo a pueblo, y tajo a tajo, para mantener el pulso a la patronal, que también organizó desde Estepa una campaña de contra- piquetes y esquirolaje para romper la huelga.

          Se vivieron muchos momentos de tensión, muchas asambleas en las plazas y locales públicos, muchas polémicas; entre quienes defendían que había que ganar aquella batalla y quienes estaban dispuestos a trabajar incluso por menos sueldo, con tal de no perder ni un día.

          Finalmente la huelga logró sus objetivos con enormes esfuerzos por parte de mucha gente. Los jornales de l@s aceituner@s experimentaron la mayor subida de la historia, muy por encima de todos los convenios firmados anteriormente por UGT y CCOO.

          Desde el primer momento, la patronal quiso marginar al SOC y a la CNT de cualquier negociación, los mayores impulsores de la huelga, para reunirse sólo con CC.OO y UGT, a pesar de que ésta última apenas participó, pero la presión de los pueblos era muy fuerte.

          En Los Corrales, al finalizar la huelga, la asociación juvenil Mandrágora compuso unas letras para el carnaval de 1991, que empezaban diciendo:

          “Se acabó la huelga ya de la aceituna,
          que por estos pueblos tanto ha dao que hablar,
          porque a bajo sueldo no cogían ni una,
          los aceituneros en la temporá.
          Por que cuesta mucho echar un talego
          y después el coche también hay que pagar,
          se ha puesto la gente pidiendo un arreglo,
          ¡ Que poco se gana harto varear!
          “¡Porqué! “, pregunta una mujer,
          que ella tenga que ser quien menos vale,
          y quien tiene que defender su condición,
          si va arrastrando por los tajos
          las rodillas y el riñón (...)"

          Untitled
          ES ADMC 018-MV-V-C031-002-C · Item · 1990-1991
          Part of Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

          Manifestación por la Huelga de la aceituna, con el mismo recorrido que la primera que se celebró en esta huelga y que transcurre por las calles de Pedrera. Finaliza en la parroquia de San Sebastián, donde toman la palabra un sindicalista de Comisiones Obreras, un sindicalista de Confederación Nacional del Trabajo y Juan Manuel Sánchez Gordillo del Sindicato de Obreros del Campo.

          Los vídeos que se poseen sobre este evento, siguen el siguiente orden cronológico:


          Entre Diciembre de 1990 y Enero de 1991, tuvo lugar la mayor huelga que se recuerda en el campo andaluz de las últimas décadas. Durante más de cincuenta días se paralizó la recogida de la aceituna por varias provincias andaluzas. El punto de partida fue Pedrera. A ella se fueron sumando con fuerza todos los pueblos de la Sierra Sur, y de ahí saltó a otras comarcas de Sevilla, Málaga y Córdoba.

          Las principales reivindicaciones fueron; un salario de 3500 pesetas, frente a las 3000 pesetas que se cobraban, (18 euros actuales), así como el derecho a un trabajo digno para las mujeres, ya que ganaban menos y en muchos tajos estaban excluidas.

          En esos casi dos meses de conflicto, largas caravanas de coches recorrían carretera a carretera, pueblo a pueblo, y tajo a tajo, para mantener el pulso a la patronal, que también organizó desde Estepa una campaña de contra- piquetes y esquirolaje para romper la huelga.

          Se vivieron muchos momentos de tensión, muchas asambleas en las plazas y locales públicos, muchas polémicas; entre quienes defendían que había que ganar aquella batalla y quienes estaban dispuestos a trabajar incluso por menos sueldo, con tal de no perder ni un día.

          Finalmente la huelga logró sus objetivos con enormes esfuerzos por parte de mucha gente. Los jornales de l@s aceituner@s experimentaron la mayor subida de la historia, muy por encima de todos los convenios firmados anteriormente por UGT y CCOO.

          Desde el primer momento, la patronal quiso marginar al SOC y a la CNT de cualquier negociación, los mayores impulsores de la huelga, para reunirse sólo con CC.OO y UGT, a pesar de que ésta última apenas participó, pero la presión de los pueblos era muy fuerte.

          En Los Corrales, al finalizar la huelga, la asociación juvenil Mandrágora compuso unas letras para el carnaval de 1991, que empezaban diciendo:

          “Se acabó la huelga ya de la aceituna,
          que por estos pueblos tanto ha dao que hablar,
          porque a bajo sueldo no cogían ni una,
          los aceituneros en la temporá.
          Por que cuesta mucho echar un talego
          y después el coche también hay que pagar,
          se ha puesto la gente pidiendo un arreglo,
          ¡ Que poco se gana harto varear!
          “¡Porqué! “, pregunta una mujer,
          que ella tenga que ser quien menos vale,
          y quien tiene que defender su condición,
          si va arrastrando por los tajos
          las rodillas y el riñón (...)"

          Untitled
          ES ADMC 018-MV-V-C031-001-C · Item · 1990-1991
          Part of Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

          Manifestación por las calles de Pedrera, que dio inicio a la Huelga de la Aceituna, el 11 de diciembre de 1990. Al finalizar, en la puerta de la parroquia de San Sebastián toman la palabra Diego Cañamero, secretario del Sindicato de Obreros del Campo, José Luis García Rúa, secretario de la Confederación Nacional del Trabajo y un sindicalista de Comisiones Obreras. Esta manifestación dio inicio a la Huelga de la Aceituna, el 11 de diciembre de 1990.

          Los vídeos que se poseen sobre este evento, siguen el siguiente orden cronológico:


          Entre Diciembre de 1990 y Enero de 1991, tuvo lugar la mayor huelga que se recuerda en el campo andaluz de las últimas décadas. Durante más de cincuenta días se paralizó la recogida de la aceituna por varias provincias andaluzas. El punto de partida fue Pedrera. A ella se fueron sumando con fuerza todos los pueblos de la Sierra Sur, y de ahí saltó a otras comarcas de Sevilla, Málaga y Córdoba.

          Las principales reivindicaciones fueron; un salario de 3500 pesetas, frente a las 3000 pesetas que se cobraban, (18 euros actuales), así como el derecho a un trabajo digno para las mujeres, ya que ganaban menos y en muchos tajos estaban excluidas.

          En esos casi dos meses de conflicto, largas caravanas de coches recorrían carretera a carretera, pueblo a pueblo, y tajo a tajo, para mantener el pulso a la patronal, que también organizó desde Estepa una campaña de contra- piquetes y esquirolaje para romper la huelga.

          Se vivieron muchos momentos de tensión, muchas asambleas en las plazas y locales públicos, muchas polémicas; entre quienes defendían que había que ganar aquella batalla y quienes estaban dispuestos a trabajar incluso por menos sueldo, con tal de no perder ni un día.

          Finalmente la huelga logró sus objetivos con enormes esfuerzos por parte de mucha gente. Los jornales de l@s aceituner@s experimentaron la mayor subida de la historia, muy por encima de todos los convenios firmados anteriormente por UGT y CCOO.

          Desde el primer momento, la patronal quiso marginar al SOC y a la CNT de cualquier negociación, los mayores impulsores de la huelga, para reunirse sólo con CC.OO y UGT, a pesar de que ésta última apenas participó, pero la presión de los pueblos era muy fuerte.

          En Los Corrales, al finalizar la huelga, la asociación juvenil Mandrágora compuso unas letras para el carnaval de 1991, que empezaban diciendo:

          “Se acabó la huelga ya de la aceituna,
          que por estos pueblos tanto ha dao que hablar,
          porque a bajo sueldo no cogían ni una,
          los aceituneros en la temporá.
          Por que cuesta mucho echar un talego
          y después el coche también hay que pagar,
          se ha puesto la gente pidiendo un arreglo,
          ¡ Que poco se gana harto varear!
          “¡Porqué! “, pregunta una mujer,
          que ella tenga que ser quien menos vale,
          y quien tiene que defender su condición,
          si va arrastrando por los tajos
          las rodillas y el riñón (...)"

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