Pieza musical y de animación sobre la emigración en el estrecho de Gibraltar. En ella podemos ver como se superponen anunciós del primer mundo con imágenes sobre la tragedia humana que supone el cruce de este estrecho en patera. Al final del cortometraje se muestran los zapatos que llegan a nuestras playas de las personas ahogadas durante la travesía.
Tirado, José Luis (1954-)VHS
3 - Colecciones / documentos - VHS
Documental sobre la emigración a las costas españolas a través del estrecho de Gibraltar. En esta cinta, la cual mezcla realidad con relatos ficticios, es escuchada la voz de todas aquellas personas que dan todo lo que tienen y arriesgan lo más valioso que poseen (sus vidas) para aspirar a una vida mejor en Europa, empujados por la falta de oportunidades en sus países de origen, por la pobreza, el hambre, conflictos militares e infinidad de razones más.
Los protagonistas de este documental son ellos, actores principales de este auténtico drama humano. En palabras de José Luis Tirado "el Paralelo 36 es una línea imaginaria en un mapa a la vez que un espacio real en el que transcurre una historia: el viaje de la emigración clandestina en el Estrecho de Gibraltar. Paralelo 36 narra ese viaje no desde una mirada externa sino desde el testimonio de los propios viajeros que intentan cruzar la frontera -esa densa línea de sombra-, desde el relato y la puesta en escena de las aspiraciones y deseos de los protagonistas, y también de las frustraciones cuando son interceptados. Las detenciones, las entrevistas y los planos del entorno es el material que ha servido de base para guionizar una sucesión de microhistorias que visibilizan al "otro", al que usualmente se nos presenta como "objeto" -informativo y de consumo- con el objetivo principal de convertirlo en "sujeto", en primer lugar de su propia historia, y viaje, y también del complejo fenómeno que es la emigración clandestina en el Estrecho. En Paralelo 36 los protagonistas, los que tienen la palabra, son los emigrantes. Los discursos son en primera persona con la idea de contrarrestar la percepción generalizada y estereotipada, cuando no de demonización del "extraño", del "negro", del "moro". Y junto a la palabra, la posibilidad de recrear (aquí es donde entra la creación) sus ideas, aspiraciones, sueños y deseos. Detenerse en sus voces y rostros que cuentan por sí mismos una historia tan relevante y digna de ser fabulada como la de cualquier otro actor social, cualquier otro ciudadano considerado legal".
Vecinos de Los Corrales trabajando en la recolección de la uva en Francia por la campaña de la vendimia desde finales de agosto hasta octubre. Actividades llevadas a cabo a lo largo de la jornada laboral y condiciones de vida de los trabajadores, que al finalizar el trabajo cenan juntos y brindan "por la clase obrera".
De Los Corrales a la vendimia francesa, por Manuel Velasco Haro.
A pesar de las temporadas que las familias jornaleras daban en un sitio u otro, la falta de trabajo provocó que la única salida que le quedara a más de la mitad de la población fuese la de coger la maleta y cerrar definitivamente su casa.
Este fenómeno que todavía es objeto de multitud de conversaciones por las vivencias en carne propia para cientos de corraleños/as, no ha sido por el contrario nunca objeto de un estudio detallado que analice los escandalosos niveles a los que llegó. Las condiciones creadas en las zonas agrícolas, donde la banca fue canalizando los ahorros de los grandes terratenientes hacia los cinturones industriales, fomentaron un enorme proceso de desequilibrio entre el campo y la ciudad. La emigración se generalizó sobre todo del sur al norte, aumentando de forma extraordinaria las diferencias territoriales en las rentas. La emigración interior alcanzó cotas altísimas, moviéndose en la década de los cincuenta un millón de personas del medio rural a los suburbios de las capitales de provincias y principalmente a Madrid, Barcelona y grandes ciudades del País Vasco. Eso dio lugar al incremento desorbitado del chabolismo y a la necesidad imperiosa de construir viviendas sociales. Pero fue a partir de 1958 cuando el éxodo entró en su mayor movilidad, buscando prosperidad en el norte del país y en Europa, provocando la salida de otro millón de personas hasta la mitad de la década siguiente.
La composición de la población laboral de Los Corrales estaba formada por una enorme masa desempleada dispuesta a ganar una peseta donde la hubiera. Según el censo de 1950, de las 1.366 personas registradas como activas, 1.153 eran jornaleros, casi el 85 por ciento, todos a la espera de sacar algún mísero jornal en las faenas de siembra o recolección. Tras rastrear casa por casa en cada calle, así como los censados en los ranchos y cortijos, y con la imprescindible ayuda de mi padre Salvador Velasco “el barbero”, quizás el mejor conocedor personal de la inmensa mayoría de los vecinos, pude establecer una serie de datos y cifras. A modo de resumen se puede decir que en los 30 años que van de 1945 a 1975, la emigración se distribuyó de la siguiente forma: 237 a países extranjeros, principalmente a Francia con 87 y a Alemania con 109. En otras comunidades se establecieron 1.003, de los cuales, Cataluña se situó a la cabeza con 727, seguida de Madrid con 127. A las distintas provincias andaluzas salieron 210. A Sevilla y provincia 398, y a otros lugares no localizados unas 640 personas, aunque se podrían distribuir, siguiendo los datos anteriores de manera proporcional, situando a Cataluña como la principal, donde pudieron establecerse finalmente más de mil personas. En total 2.488 vecinos de una población de unos 4500 habitantes en 1945. ¡Más de la mitad de la población!.
Velasco Haro, Manuel (1958-)