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ES ADMC 018-MV-V-C007-002-C · Item · 1995
Parte de Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

Celebración del Carnaval de los Corrales en 1995. La agrupación de la Asociación Juvenil Gente Joven construyó un gran barco de vela y disfrazados de piratas recorrieron las calles del pueblo.


Los Carnavales en Los Corrales fueron recuperados tras el franquismo por iniciativa de la Asociación Juvenil Gente Joven (Los Corrales, Sevilla, España, ca.1980-ca.1995).

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ES ADMC 018 · Collection · [c] 1984-1995

Esta colección quizás no existiría si en la vida de Manuel Velasco no se hubiesen cruzado una serie de estímulos personales que lo llevaron desde muy joven a recoger testimonios, documentos e imágenes de lo que ocurría en su entorno.

Desde niño siempre oyó en la barbería de su padre numerosos relatos populares a las personas mayores que por allí pasaban, pero a finales de los años sesenta vinieron a coincidir dos hechos que influirían de manera decisiva en buena parte del contenido posterior del material recopilado.

En Agosto de 1969 llegó a Los Corrales, su pueblo natal, el cura obrero Diamantino García Acosta, quien iniciaría una intensa labor de concienciación y movilización jornalera que se extendería hasta su fallecimiento. Por otra parte, en noviembre del mismo año, también volvía por primera vez del exilio en Francia su tío; Francisco Haro Reyes, contando el largo y terrible sufrimiento que padeció durante la guerra y la posguerra.

Estas tres circunstancias permanecieron latentes en las décadas posteriores. En principio, participando en actividades sociales que desembocarían en la Transición política y que le llevaron a implicarse en las reivindicaciones jornaleras del Sindicato Obrero del Campo, en las políticas, junto a la Candidatura Unida de Trabajadores, que concurriría a las primeras elecciones municipales en 1979, y en el asociacionismo juvenil con el surgimiento del Centro Cultural Mandrágora. Ese caldo de cultivo comenzaría a dar sus frutos en la década siguiente.

En 1981 Manuel Velasco graba en Francia el testimonio oral de su tío Francisco Haro en cintas de cassete . En 1984 desde la asociación juvenil consiguen una cámara y un proyector de Super8 y se hacen varias grabaciones. En 1986 cae sus manos una cámara Betamovie de un familiar que dura hasta 1990. Después continua hasta 1995 con otra de video8, que había que volcar en cintas VHS. Posteriormente surgen ya las grabaciones de los teléfonos móviles. El contenido de la colección responde en gran parte a las motivaciones antes expuestas.

En consecuencia, cabe señalar que no existe un aprendizaje técnico previo, ni una planificación organizada de las tomas de imágenes. La temática es diversa, así como la calidad. El interés colectivo que pudiera despertar va a depender de los análisis y conclusiones que se desprendan de estas imágenes tomadas hace tres y cuatro décadas atrás.

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ES ADMC 018-MV-V-C032-001-C · Item · 1995-05-01
Parte de Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

Ocupación reivindicativa durante el 1º de Mayo, día del trabajador, por el derecho a la tierra y el trabajo. El Sindicato de Obreros del Campo (SOC) y la Confederación General del Trabajo (CGT) ocupan esta finca perteneciente a Patrimonio Histórico del Estado.

Protestan contra la realidad de los grandes latifundios que se encontraban en situación de semi abandono y que no daban trabajo a los jornaleros y jornaleras de la comarca. Estas ideas son expresadas por Diego Cañamero Valle en un discurso donde además explica la historia de la finca ocupada.

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ES ADMC 018-MV-V-C007-003-C · Item · 1994
Parte de Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

Vecinos de Los Corrales trabajando en la recolección de la uva en Francia por la campaña de la vendimia desde finales de agosto hasta octubre. Actividades llevadas a cabo a lo largo de la jornada laboral y condiciones de vida de los trabajadores, que al finalizar el trabajo cenan juntos y brindan "por la clase obrera".


De Los Corrales a la vendimia francesa, por Manuel Velasco Haro.

A pesar de las temporadas que las familias jornaleras daban en un sitio u otro, la falta de trabajo provocó que la única salida que le quedara a más de la mitad de la población fuese la de coger la maleta y cerrar definitivamente su casa.

Este fenómeno que todavía es objeto de multitud de conversaciones por las vivencias en carne propia para cientos de corraleños/as, no ha sido por el contrario nunca objeto de un estudio detallado que analice los escandalosos niveles a los que llegó. Las condiciones creadas en las zonas agrícolas, donde la banca fue canalizando los ahorros de los grandes terratenientes hacia los cinturones industriales, fomentaron un enorme proceso de desequilibrio entre el campo y la ciudad. La emigración se generalizó sobre todo del sur al norte, aumentando de forma extraordinaria las diferencias territoriales en las rentas. La emigración interior alcanzó cotas altísimas, moviéndose en la década de los cincuenta un millón de personas del medio rural a los suburbios de las capitales de provincias y principalmente a Madrid, Barcelona y grandes ciudades del País Vasco. Eso dio lugar al incremento desorbitado del chabolismo y a la necesidad imperiosa de construir viviendas sociales. Pero fue a partir de 1958 cuando el éxodo entró en su mayor movilidad, buscando prosperidad en el norte del país y en Europa, provocando la salida de otro millón de personas hasta la mitad de la década siguiente.

La composición de la población laboral de Los Corrales estaba formada por una enorme masa desempleada dispuesta a ganar una peseta donde la hubiera. Según el censo de 1950, de las 1.366 personas registradas como activas, 1.153 eran jornaleros, casi el 85 por ciento, todos a la espera de sacar algún mísero jornal en las faenas de siembra o recolección. Tras rastrear casa por casa en cada calle, así como los censados en los ranchos y cortijos, y con la imprescindible ayuda de mi padre Salvador Velasco “el barbero”, quizás el mejor conocedor personal de la inmensa mayoría de los vecinos, pude establecer una serie de datos y cifras. A modo de resumen se puede decir que en los 30 años que van de 1945 a 1975, la emigración se distribuyó de la siguiente forma: 237 a países extranjeros, principalmente a Francia con 87 y a Alemania con 109. En otras comunidades se establecieron 1.003, de los cuales, Cataluña se situó a la cabeza con 727, seguida de Madrid con 127. A las distintas provincias andaluzas salieron 210. A Sevilla y provincia 398, y a otros lugares no localizados unas 640 personas, aunque se podrían distribuir, siguiendo los datos anteriores de manera proporcional, situando a Cataluña como la principal, donde pudieron establecerse finalmente más de mil personas. En total 2.488 vecinos de una población de unos 4500 habitantes en 1945. ¡Más de la mitad de la población!.

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ES ADMC 018-MV-V-C012-003-C · Item · 1993
Parte de Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

Celebración del Carnaval de Los Corrales en 1993 donde la agrupación del Centro Cultural Mandrágora disfrazada de "Romanos" recorre las calles cantando sus letras con Manuel Velasco Haro a la guitarra.


Los Carnavales en Los Corrales fueron recuperados tras el franquismo por iniciativa de la Asociación Juvenil Gente Joven (Los Corrales, Sevilla, España, ca.1980-ca.1995).

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ES ADMC 018-MV-V-C007-001-C · Item · 1993
Parte de Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

Reportaje sobre los orígenes y funciones de la cooperativa Tierra y Libertad, creada en 1988 por el Sindicato de Obreros del Campo en la finca con el mismo nombre.

Se suceden los testimonios y narraciones de personas involucradas en la creación y mantenimiento de la finca, con imágenes panorámicas del entorno. La finalidad de este vídeo era promocionar la cooperativa Tierra y Libertad y animar a personas interesadas a participar en la recogida de la aceituna, puesto que había falta de personal.

El vídeo comienza explicando el origen de la finca remonta a 1988, momento en el que se compra la finca, no llegándose a habitar hasta 1989. En un primer momento, se encontraron con diversas dificultades a la hora de habitar este espacio, como era el no tener un camino de acceso, vivienda o agua potable. La finca se encontraba muy descuidada. El primer trabajo que se hizo desde la cooperativa en este espacio fue la limpia del olivar, una de las principales materias primas que poseían y explotaban para su venta.

Posteriormente Diego Cañamero habla sobre el origen de la cooperativa vinculada al Sindicato de Obreros del Campo, como una forma de demostrar que era posible que los jornaleros trabajasen la tierra que ellos mismos gestionan, sin la necesidad de patrones y terratenientes. A continuación aparecen imágenes del paraje natural donde se sitúa la cooperativa, que está en la Sierra de Grazalema, que se entremezclan con grabaciones del espacio de la cooperativa.

El reportaje continúa con un trabajador hablando sobre el origen de la cooperativa desde el Sindicato de Obreros del Campo, tras el cual hay personas que trabajan olivares. Menciona que esta cooperativa sirvió para demostrar que era posible desarrollar la experiencia de reforma agraria por la que el sindicato tanto había luchado, sin tener como guía la política agraria comunitaria y el uso de químicos y maquinaria. Se graban a trabajadores empleando el método tradicional de la recogida de la aceituna, vareando el olivo para que las aceitunas caigan sobre un fardo, desde el cual se recoge.

El último testimonio es de Rafael Montes que habla de la estructura organizativa de la cooperativa a partir de una Comisión Rectora que se compone de trabajadores de la cooperativa y miembros del sindicato. Las funciones es coordinar y dirigir la vida de la cooperativa para que sea autosuficiente, haya una convivencia sana y que sea un lugar de encuentro para la realización de campamentos, convivencias, encuentros, etc.

También se muestran los diversos animales que viven en la cooperativa, ovejas, gallinas, pavos, vacas, cerdos, patos y las construcción de un inmueble de la cooperativa. Termina la grabacióncon una comida comunitaria entre todos los asistentes.

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ES ADMC 018-MV-V-C031-001A-C · Item · 1990-1991
Parte de Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

Piquete en un olivar, por el inicio de la huelga de la aceituna en Pedrera en 1990. Tras la manifestación, los asistentes van a un olivar para hacer un piquete y comunicar a los trabajadores del olivar que se ha iniciado la huelga, con los cuales discuten.

Los vídeos que se poseen sobre este evento, siguen el siguiente orden cronológico:


Entre Diciembre de 1990 y Enero de 1991, tuvo lugar la mayor huelga que se recuerda en el campo andaluz de las últimas décadas. Durante más de cincuenta días se paralizó la recogida de la aceituna por varias provincias andaluzas. El punto de partida fue Pedrera. A ella se fueron sumando con fuerza todos los pueblos de la Sierra Sur, y de ahí saltó a otras comarcas de Sevilla, Málaga y Córdoba.

Las principales reivindicaciones fueron; un salario de 3500 pesetas, frente a las 3000 pesetas que se cobraban, (18 euros actuales), así como el derecho a un trabajo digno para las mujeres, ya que ganaban menos y en muchos tajos estaban excluidas.

En esos casi dos meses de conflicto, largas caravanas de coches recorrían carretera a carretera, pueblo a pueblo, y tajo a tajo, para mantener el pulso a la patronal, que también organizó desde Estepa una campaña de contra- piquetes y esquirolaje para romper la huelga.

Se vivieron muchos momentos de tensión, muchas asambleas en las plazas y locales públicos, muchas polémicas; entre quienes defendían que había que ganar aquella batalla y quienes estaban dispuestos a trabajar incluso por menos sueldo, con tal de no perder ni un día.

Finalmente la huelga logró sus objetivos con enormes esfuerzos por parte de mucha gente. Los jornales de l@s aceituner@s experimentaron la mayor subida de la historia, muy por encima de todos los convenios firmados anteriormente por UGT y CCOO.

Desde el primer momento, la patronal quiso marginar al SOC y a la CNT de cualquier negociación, los mayores impulsores de la huelga, para reunirse sólo con CC.OO y UGT, a pesar de que ésta última apenas participó, pero la presión de los pueblos era muy fuerte.

En Los Corrales, al finalizar la huelga, la asociación juvenil Mandrágora compuso unas letras para el carnaval de 1991, que empezaban diciendo:

“Se acabó la huelga ya de la aceituna,
que por estos pueblos tanto ha dao que hablar,
porque a bajo sueldo no cogían ni una,
los aceituneros en la temporá.
Por que cuesta mucho echar un talego
y después el coche también hay que pagar,
se ha puesto la gente pidiendo un arreglo,
¡ Que poco se gana harto varear!
“¡Porqué! “, pregunta una mujer,
que ella tenga que ser quien menos vale,
y quien tiene que defender su condición,
si va arrastrando por los tajos
las rodillas y el riñón (...)"

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ES ADMC 018-MV-V-C031-003-C · Item · 1990-1991
Parte de Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

Una vez terminada la manifestación por las calles de Pedrera y tras las oratorias de los portavoces sindicales, se celebró una asamblea organizativa en la que las posturas de todos los sindicatos chocan con Comisiones Obreras. Intervienen en la asamblea: Francisco Campos, también conocido como "Tarzán", de Comisiones Obreras, un sindicalista de Confederación Nacional del Trabajo (CNT), Diamantino García Acosta y Juan Manuel Sánchez Gordillo, militantes del Sindicato de Obreros del Campo (SOC).

Los vídeos que se poseen sobre este evento, siguen el siguiente orden cronológico:


Por Manuel Velasco Haro.
Entre Diciembre de 1990 y Enero de 1991, tuvo lugar la mayor huelga que se recuerda en el campo andaluz de las últimas décadas. Durante más de cincuenta días se paralizó la recogida de la aceituna por varias provincias andaluzas. El punto de partida fue Pedrera. A ella se fueron sumando con fuerza todos los pueblos de la Sierra Sur, y de ahí saltó a otras comarcas de Sevilla, Málaga y Córdoba.

Las principales reivindicaciones fueron; un salario de 3500 pesetas, frente a las 3000 pesetas que se cobraban, (18 euros actuales), así como el derecho a un trabajo digno para las mujeres, ya que ganaban menos y en muchos tajos estaban excluidas.

En esos casi dos meses de conflicto, largas caravanas de coches recorrían carretera a carretera, pueblo a pueblo, y tajo a tajo, para mantener el pulso a la patronal, que también organizó desde Estepa una campaña de contra- piquetes y esquirolaje para romper la huelga.

Se vivieron muchos momentos de tensión, muchas asambleas en las plazas y locales públicos, muchas polémicas; entre quienes defendían que había que ganar aquella batalla y quienes estaban dispuestos a trabajar incluso por menos sueldo, con tal de no perder ni un día.

Finalmente la huelga logró sus objetivos con enormes esfuerzos por parte de mucha gente. Los jornales de l@s aceituner@s experimentaron la mayor subida de la historia, muy por encima de todos los convenios firmados anteriormente por UGT y CCOO.

Desde el primer momento, la patronal quiso marginar al SOC y a la CNT de cualquier negociación, los mayores impulsores de la huelga, para reunirse sólo con CC.OO y UGT, a pesar de que ésta última apenas participó, pero la presión de los pueblos era muy fuerte.

En Los Corrales, al finalizar la huelga, la asociación juvenil Mandrágora compuso unas letras para el carnaval de 1991, que empezaban diciendo:

“Se acabó la huelga ya de la aceituna,
que por estos pueblos tanto ha dao que hablar,
porque a bajo sueldo no cogían ni una,
los aceituneros en la temporá.
Por que cuesta mucho echar un talego
y después el coche también hay que pagar,
se ha puesto la gente pidiendo un arreglo,
¡ Que poco se gana harto varear!
“¡Porqué! “, pregunta una mujer,
que ella tenga que ser quien menos vale,
y quien tiene que defender su condición,
si va arrastrando por los tajos
las rodillas y el riñón (...)"

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ES ADMC 018-MV-V-C031-001B-C · Item · 1990-1991
Parte de Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

Piquete en un molino de aceite de una Cooperativa de Gilena, por el inicio de la Huelga de la aceituna en 1990. Tras realizar sin éxito el piquete en el olivar por conflictos con los trabajadores de allí, los manifestantes se dirigen al molino de aceite de la Cooperativa de Gilena que procesaba esos olivos. Allí, vuelven a discutir con los mismos trabajadores del olivar, sobre las circunstancias que llevan a la huelga y sobre cómo deben de apoyarse entre los agricultores y jornaleros frente a la situación del campo andaluz.

Los vídeos que se poseen sobre este evento, siguen el siguiente orden cronológico:


Entre Diciembre de 1990 y Enero de 1991, tuvo lugar la mayor huelga que se recuerda en el campo andaluz de las últimas décadas. Durante más de cincuenta días se paralizó la recogida de la aceituna por varias provincias andaluzas. El punto de partida fue Pedrera. A ella se fueron sumando con fuerza todos los pueblos de la Sierra Sur, y de ahí saltó a otras comarcas de Sevilla, Málaga y Córdoba.

Las principales reivindicaciones fueron; un salario de 3500 pesetas, frente a las 3000 pesetas que se cobraban, (18 euros actuales), así como el derecho a un trabajo digno para las mujeres, ya que ganaban menos y en muchos tajos estaban excluidas.

En esos casi dos meses de conflicto, largas caravanas de coches recorrían carretera a carretera, pueblo a pueblo, y tajo a tajo, para mantener el pulso a la patronal, que también organizó desde Estepa una campaña de contra- piquetes y esquirolaje para romper la huelga.

Se vivieron muchos momentos de tensión, muchas asambleas en las plazas y locales públicos, muchas polémicas; entre quienes defendían que había que ganar aquella batalla y quienes estaban dispuestos a trabajar incluso por menos sueldo, con tal de no perder ni un día.

Finalmente la huelga logró sus objetivos con enormes esfuerzos por parte de mucha gente. Los jornales de l@s aceituner@s experimentaron la mayor subida de la historia, muy por encima de todos los convenios firmados anteriormente por UGT y CCOO.

Desde el primer momento, la patronal quiso marginar al SOC y a la CNT de cualquier negociación, los mayores impulsores de la huelga, para reunirse sólo con CC.OO y UGT, a pesar de que ésta última apenas participó, pero la presión de los pueblos era muy fuerte.

En Los Corrales, al finalizar la huelga, la asociación juvenil Mandrágora compuso unas letras para el carnaval de 1991, que empezaban diciendo:

“Se acabó la huelga ya de la aceituna,
que por estos pueblos tanto ha dao que hablar,
porque a bajo sueldo no cogían ni una,
los aceituneros en la temporá.
Por que cuesta mucho echar un talego
y después el coche también hay que pagar,
se ha puesto la gente pidiendo un arreglo,
¡ Que poco se gana harto varear!
“¡Porqué! “, pregunta una mujer,
que ella tenga que ser quien menos vale,
y quien tiene que defender su condición,
si va arrastrando por los tajos
las rodillas y el riñón (...)"

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ES ADMC 018-MV-V-C031-004-C · Item · 1990-1991
Parte de Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

Manifestación por la Huelga de la aceituna que discurre por las calles del pueblo de Gilena el 14 de enero de 1991, hasta llegar a la plaza de la iglesia, donde toman la palabran un sindicalista de Comisiones Obreras, dos sindicalistas de Confederación Nacional del Trabajo y Juan Manuel Sánchez Gordillo del Sindicato de Obreros del Campo.

Los vídeos que se poseen sobre este evento, siguen el siguiente orden cronológico:


Entre Diciembre de 1990 y Enero de 1991, tuvo lugar la mayor huelga que se recuerda en el campo andaluz de las últimas décadas. Durante más de cincuenta días se paralizó la recogida de la aceituna por varias provincias andaluzas. El punto de partida fue Pedrera. A ella se fueron sumando con fuerza todos los pueblos de la Sierra Sur, y de ahí saltó a otras comarcas de Sevilla, Málaga y Córdoba.

Las principales reivindicaciones fueron; un salario de 3500 pesetas, frente a las 3000 pesetas que se cobraban, (18 euros actuales), así como el derecho a un trabajo digno para las mujeres, ya que ganaban menos y en muchos tajos estaban excluidas.

En esos casi dos meses de conflicto, largas caravanas de coches recorrían carretera a carretera, pueblo a pueblo, y tajo a tajo, para mantener el pulso a la patronal, que también organizó desde Estepa una campaña de contra- piquetes y esquirolaje para romper la huelga.

Se vivieron muchos momentos de tensión, muchas asambleas en las plazas y locales públicos, muchas polémicas; entre quienes defendían que había que ganar aquella batalla y quienes estaban dispuestos a trabajar incluso por menos sueldo, con tal de no perder ni un día.

Finalmente la huelga logró sus objetivos con enormes esfuerzos por parte de mucha gente. Los jornales de l@s aceituner@s experimentaron la mayor subida de la historia, muy por encima de todos los convenios firmados anteriormente por UGT y CCOO.

Desde el primer momento, la patronal quiso marginar al SOC y a la CNT de cualquier negociación, los mayores impulsores de la huelga, para reunirse sólo con CC.OO y UGT, a pesar de que ésta última apenas participó, pero la presión de los pueblos era muy fuerte.

En Los Corrales, al finalizar la huelga, la asociación juvenil Mandrágora compuso unas letras para el carnaval de 1991, que empezaban diciendo:

“Se acabó la huelga ya de la aceituna,
que por estos pueblos tanto ha dao que hablar,
porque a bajo sueldo no cogían ni una,
los aceituneros en la temporá.
Por que cuesta mucho echar un talego
y después el coche también hay que pagar,
se ha puesto la gente pidiendo un arreglo,
¡ Que poco se gana harto varear!
“¡Porqué! “, pregunta una mujer,
que ella tenga que ser quien menos vale,
y quien tiene que defender su condición,
si va arrastrando por los tajos
las rodillas y el riñón (...)"

Sin título
ES ADMC 018-MV-V-C031-002-C · Item · 1990-1991
Parte de Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

Manifestación por la Huelga de la aceituna, con el mismo recorrido que la primera que se celebró en esta huelga y que transcurre por las calles de Pedrera. Finaliza en la parroquia de San Sebastián, donde toman la palabra un sindicalista de Comisiones Obreras, un sindicalista de Confederación Nacional del Trabajo y Juan Manuel Sánchez Gordillo del Sindicato de Obreros del Campo.

Los vídeos que se poseen sobre este evento, siguen el siguiente orden cronológico:


Entre Diciembre de 1990 y Enero de 1991, tuvo lugar la mayor huelga que se recuerda en el campo andaluz de las últimas décadas. Durante más de cincuenta días se paralizó la recogida de la aceituna por varias provincias andaluzas. El punto de partida fue Pedrera. A ella se fueron sumando con fuerza todos los pueblos de la Sierra Sur, y de ahí saltó a otras comarcas de Sevilla, Málaga y Córdoba.

Las principales reivindicaciones fueron; un salario de 3500 pesetas, frente a las 3000 pesetas que se cobraban, (18 euros actuales), así como el derecho a un trabajo digno para las mujeres, ya que ganaban menos y en muchos tajos estaban excluidas.

En esos casi dos meses de conflicto, largas caravanas de coches recorrían carretera a carretera, pueblo a pueblo, y tajo a tajo, para mantener el pulso a la patronal, que también organizó desde Estepa una campaña de contra- piquetes y esquirolaje para romper la huelga.

Se vivieron muchos momentos de tensión, muchas asambleas en las plazas y locales públicos, muchas polémicas; entre quienes defendían que había que ganar aquella batalla y quienes estaban dispuestos a trabajar incluso por menos sueldo, con tal de no perder ni un día.

Finalmente la huelga logró sus objetivos con enormes esfuerzos por parte de mucha gente. Los jornales de l@s aceituner@s experimentaron la mayor subida de la historia, muy por encima de todos los convenios firmados anteriormente por UGT y CCOO.

Desde el primer momento, la patronal quiso marginar al SOC y a la CNT de cualquier negociación, los mayores impulsores de la huelga, para reunirse sólo con CC.OO y UGT, a pesar de que ésta última apenas participó, pero la presión de los pueblos era muy fuerte.

En Los Corrales, al finalizar la huelga, la asociación juvenil Mandrágora compuso unas letras para el carnaval de 1991, que empezaban diciendo:

“Se acabó la huelga ya de la aceituna,
que por estos pueblos tanto ha dao que hablar,
porque a bajo sueldo no cogían ni una,
los aceituneros en la temporá.
Por que cuesta mucho echar un talego
y después el coche también hay que pagar,
se ha puesto la gente pidiendo un arreglo,
¡ Que poco se gana harto varear!
“¡Porqué! “, pregunta una mujer,
que ella tenga que ser quien menos vale,
y quien tiene que defender su condición,
si va arrastrando por los tajos
las rodillas y el riñón (...)"

Sin título
ES ADMC 018-MV-V-C031-001-C · Item · 1990-1991
Parte de Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

Manifestación por las calles de Pedrera, que dio inicio a la Huelga de la Aceituna, el 11 de diciembre de 1990. Al finalizar, en la puerta de la parroquia de San Sebastián toman la palabra Diego Cañamero, secretario del Sindicato de Obreros del Campo, José Luis García Rúa, secretario de la Confederación Nacional del Trabajo y un sindicalista de Comisiones Obreras. Esta manifestación dio inicio a la Huelga de la Aceituna, el 11 de diciembre de 1990.

Los vídeos que se poseen sobre este evento, siguen el siguiente orden cronológico:


Entre Diciembre de 1990 y Enero de 1991, tuvo lugar la mayor huelga que se recuerda en el campo andaluz de las últimas décadas. Durante más de cincuenta días se paralizó la recogida de la aceituna por varias provincias andaluzas. El punto de partida fue Pedrera. A ella se fueron sumando con fuerza todos los pueblos de la Sierra Sur, y de ahí saltó a otras comarcas de Sevilla, Málaga y Córdoba.

Las principales reivindicaciones fueron; un salario de 3500 pesetas, frente a las 3000 pesetas que se cobraban, (18 euros actuales), así como el derecho a un trabajo digno para las mujeres, ya que ganaban menos y en muchos tajos estaban excluidas.

En esos casi dos meses de conflicto, largas caravanas de coches recorrían carretera a carretera, pueblo a pueblo, y tajo a tajo, para mantener el pulso a la patronal, que también organizó desde Estepa una campaña de contra- piquetes y esquirolaje para romper la huelga.

Se vivieron muchos momentos de tensión, muchas asambleas en las plazas y locales públicos, muchas polémicas; entre quienes defendían que había que ganar aquella batalla y quienes estaban dispuestos a trabajar incluso por menos sueldo, con tal de no perder ni un día.

Finalmente la huelga logró sus objetivos con enormes esfuerzos por parte de mucha gente. Los jornales de l@s aceituner@s experimentaron la mayor subida de la historia, muy por encima de todos los convenios firmados anteriormente por UGT y CCOO.

Desde el primer momento, la patronal quiso marginar al SOC y a la CNT de cualquier negociación, los mayores impulsores de la huelga, para reunirse sólo con CC.OO y UGT, a pesar de que ésta última apenas participó, pero la presión de los pueblos era muy fuerte.

En Los Corrales, al finalizar la huelga, la asociación juvenil Mandrágora compuso unas letras para el carnaval de 1991, que empezaban diciendo:

“Se acabó la huelga ya de la aceituna,
que por estos pueblos tanto ha dao que hablar,
porque a bajo sueldo no cogían ni una,
los aceituneros en la temporá.
Por que cuesta mucho echar un talego
y después el coche también hay que pagar,
se ha puesto la gente pidiendo un arreglo,
¡ Que poco se gana harto varear!
“¡Porqué! “, pregunta una mujer,
que ella tenga que ser quien menos vale,
y quien tiene que defender su condición,
si va arrastrando por los tajos
las rodillas y el riñón (...)"

Sin título
ES ADMC 018-MV-V-C031-006-C · Item · 1990
Parte de Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

Manifestación celebrada en Los Corrales (Sevilla) contra la Guerra del Golfo. Habla Rafael Montes Velasco, en la plaza Diamantino García, sobre el rechazo a la guerra. A continuación se celebra una manifestación por las calles de Los Corrales, donde los manifestantes llevan pancartas pacifistas y cantan consignas contra la OTAN.

Las movilizaciones y protestas contra la guerra del Golfo en los años 1990 y 1991 tuvieron un marcado carácter social procedente de los grupos ya existentes en Andalucía como el Movimiento anti OTAN que anualmente protestaban en Marchas contra las bases de Rota y Morón y los movimientos antimilitaristas que se negaban a realizar el servicio militar obligatorio y la prestación social sustitutoria.

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ES ADMC 018-MV-V-C014-001-C · Item · 1990
Parte de Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

Imágenes de la caseta autogestionada del Sindicato del Obreros del Campo (SOC) y el ambiente de noche de la Feria de Los Corrales, en agosto 1990.


El Sindicato de Obreros del Campo montaba una caseta de feria diferente a la caseta municipal, que durante años fue una forma de recaudar fondos, a parte de ofrecer a la gente un lugar con precios más económicos e identificado con los ideales del SOC. Esta iniciativa comenzó en 1976 y en 2003 fue el último año que se organizó. En total participaban entre 25 a 30 personas en turnos de 24 horas en los que se ofrecían de forma voluntaria para cocinar, servir como camarero o realizando tareas de limpieza.

En la caseta se vivía la feria y se adornaba con carteles del sindicato, con pancartas, lemas, etc. El adorno llevaba mensajes del propio sindicato, lo que daba a entender que era una caseta sindical. También con lemas de Diamantino como por ejemplo: “la vida no tiene sentido, si no es para servir a los demás”. Tenía bastante público y el servicio era rápido porque participaba mucha gente. Cada día se hacía una comida conjunta donde todos los participantes la disfrutaban juntos. La experiencia también servía como una especie de convivencia entre los participantes.

Durante los años que la Candidatura Unitaria de Trabajadores estuvo en el ayuntamiento (1979-1987), la caseta del SOC estuvo ubicada en la conocida como "caseta municipal" que constituía el Salón de Actos del Ayuntamiento del pueblo.

Después de veintitantos años, por distintos motivos el número de participantes se fue aminorando. Con menos voluntarios, algunos de los participantes tenía que repetir turnos lo que provocaba que dejasen de participar ya que suponía trabajar más tiempo para suplir la poca participación. Se fue reduciendo el número de voluntarios y las generaciones que se iban sucediendo no participaban en el trabajo voluntario de la caseta.

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ES ADMC 018-MV-V-C057-004-C · Item · 1989
Parte de Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

Reunión en el Ayuntamiento de El Saucejo (Sevilla, España), donde Diamantino García Acosta explica que el motivo por el que se ocupó la Oficina de Empleo del mismo pueblo, es pidiendo la libertad de Pedro González Cuesta.

En el año 1989 se sucedieron diferentes protestas en Andalucía exigiendo la libertad del Jornalero Pedro González Cuesta, natural de La Algaba (Sevilla, España). Fue condenado por la ocupación de la finca "Las Harinas"de Morón de la Frontera en 1983, que reivindicaba el reparto de la tierra para los jornaleros y jornaleras de Andalucía. En el momento en el que se grabó este video, Pedro se encontraba en huelga de hambre solicitando su inmediata puesta en libertad.

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ES ADMC 018-MV-V-C049-001-C · Item · 1989
Parte de Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

Despedida de los vecinos de Los Corrales que se preparan para la marcha a distintas poblaciones de Navarra (España), para la campaña de recogida del espárrago y del tomate.

Durante décadas, entre 1970 y 2000 principalmente, la emigración temporera fue una de las pocas soluciones para la subsistencia económica de hombres y mujeres en la Sierra Sur de Sevilla. Siendo Navarra una zona que se convertiría a lo largo de los años en destino habitual.


Las Varás de Navarra, por Manuel Velasco Haro.

Durante casi 40 años las “Varás de Navarra” vinieron a ser sin duda el gran descubrimiento y el principal recurso económico de Los Corrales y La Jara. No habrá familia en estos dos pueblos que no haya tenido en algún momento algún miembro o pariente cercano en estas campañas temporeras.

Como todos los fenómenos migratorios, éste tuvo su punto de origen en un grupo de jareños, que entre 1966 y 1967 se marcharon a la recolección de un producto, hasta entonces desconocido por estos lugares. Era el espárrago blanco que crecía bajo zurcos y lomos de tierra durante los tres meses que van de mediados de abril a mediados de julio.

Los primeros empezaron en la provincia de Huesca. Después se trasladaron a la ribera Navarra. En 1968 les acompañó el vecino de nuestra localidad, Antonio Sánchez Zamora, (Fato), que se estrenó como esparraguero en el cortijo de “ La Planilla" en Peralta. Al año siguiente repitió y en 1970 avisó a una cuadrilla.

A partir de ahí, el número empezó a multiplicarse a tal velocidad que en cuestión de cuatro o cinco años ya eran varios cientos de hombres y mujeres los que subían al norte. Los primeros, recogiendo los espárragos en el campo, y las segundas, pelándolos en las fábricas.

Campaña tras campaña, a la inmensa mayoría de los pueblos navarros y de la Rioja, próximos a la ribera del Ebro, fue llegando la mano de obra temporera de al menos el setenta por ciento de Los Corrales y Martín de la Jara. Baste recordar la anécdota de un domingo a finales de julio de 1977, donde coincidieron el regreso de diez autocares cargados de trabajadores y trabajadoras con la temporada concluida.

En la misma zona y con el intervalo de un mes, se inició paralelamente también la campaña del tomate a partir de mediados de agosto. Entre una y otra la emigración alcanzó cifras desconocidas, consolidándose como el primer destino y la primera fuente de ingresos de jareños/as y corraleños/as.

Durante estos periodos los pueblos comenzaron a ofrecer un aspecto solitario, habitado casi exclusivamente por niños y ancianos. Sobre ese aspecto, el 19 de mayo de 1974 una publicación de la Hoja Parroquial recogió lo siguiente: “La Plaza estaba llena antes de obreros venidos de las aceitunas esperando un día y otro que alguien les avisara. Cansados de esperar hicieron sus maletas y a rodar. Ahora en La Plaza los que quedan son viejos sentados en los bancos, apoyados en sus bastones con la gorrilla sobre la frente para que el sol primaveral no les moleste. En corrillos de cuatro o cinco hablan de sus cosas: “Ya no hay escarda, ni se da un peón en el campo”. En el bar, los únicos clientes que quedan son los viejos. Van a respaldarse de la lluvia, del solano o del sol. Juegan la partida de dominó o a las cartas. Cualquier día de cualquier semana en los bares, a las doce de la mañana o las cinco de la tarde siempre es lo mismo. Ruido de fichas, humo abundante de los celtas que fuman, sonrisas irónicas y los ojillos vivos, aunque ya están cansados de haber visto tanto.

Las campañas se mantuvieron aproximadamente hasta finales de la década de los noventa, donde una parte importante de la mano de obra se fue yendo a la construcción, al calor del boom inmobiliario que se desató en la costa. Hoy forman ya parte de la memoria y del recuerdo.

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ES ADMC 018-MV-V-C049-003-C · Item · 1989
Parte de Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

Fábrica de Conservas Guindumar en Peralta (Navarra), donde muchas corraleñas trabajaban en el proceso de producción del espárrago. Durante casi 40 años la emigración a Navarra fue el principal recurso económico para trabajadoras y trabajadores del pueblo sevillano de Los Corrales.


Las "Varás" de Navarra, por Manuel Velasco Haro.

Durante casi 40 años las “varás de Navarra” vinieron a ser sin duda el gran descubrimiento y el principal recurso económico de Los Corrales y La Jara. No habrá familia en estos dos pueblos que no haya tenido en algún momento algún miembro o pariente cercano en estas campañas temporeras.

Como todos los fenómenos migratorios, éste tuvo su punto de origen en un grupo de jareños, que entre 1966 y 1967 se marcharon a la recolección de un producto, hasta entonces desconocido por estos lugares. Era el espárrago blanco que crecía bajo zurcos y lomos de tierra durante los tres meses que van de mediados de abril a mediados de julio.

Los primeros empezaron en la provincia de Huesca. Después se trasladaron a la ribera Navarra. En 1968 les acompañó el vecino de nuestra localidad, Antonio Sánchez Zamora (Fato), que se estrenó como esparraguero en el cortijo de “ La Planilla" en Peralta (Navarra). Al año siguiente repitió y en 1970 avisó a una cuadrilla.

A partir de ahí, el número empezó a multiplicarse a tal velocidad que en cuestión de cuatro o cinco años ya eran varios cientos de hombres y mujeres los que subían al norte. Los primeros, recogiendo los espárragos en el campo, y las segundas, pelándolos en las fábricas.

Campaña tras campaña, a la inmensa mayoría de los pueblos navarros y de la Rioja, próximos a la ribera del Ebro, fue llegando la mano de obra temporera de al menos el setenta por ciento de Los Corrales y Martín de la Jara. Baste recordar la anécdota de un domingo a finales de julio de 1977, donde coincidieron el regreso de diez autocares cargados de trabajadores y trabajadoras con la temporada concluida.

En la misma zona y con el intervalo de un mes, se inició paralelamente también la campaña del tomate a partir de mediados de agosto. Entre una y otra la emigración alcanzó cifras desconocidas, consolidándose como el primer destino y la primera fuente de ingresos de jareños/as y corraleños/as.

Durante estos periodos los pueblos comenzaron a ofrecer un aspecto solitario, habitado casi exclusivamente por niños y ancianos. Sobre ese aspecto, el 19 de mayo de 1974 una publicación de la Hoja Parroquial recogió lo siguiente: “La Plaza estaba llena antes de obreros venidos de las aceitunas esperando un día y otro que alguien les avisara. Cansados de esperar hicieron sus maletas y a rodar. Ahora en La Plaza los que quedan son viejos sentados en los bancos, apoyados en sus bastones con la gorrilla sobre la frente para que el sol primaveral no les moleste. En corrillos de cuatro o cinco hablan de sus cosas: “Ya no hay escarda, ni se da un peón en el campo”. En el bar, los únicos clientes que quedan son los viejos. Van a respaldarse de la lluvia, del solano o del sol. Juegan la partida de dominó o a las cartas. Cualquier día de cualquier semana en los bares, a las doce de la mañana o las cinco de la tarde siempre es lo mismo. Ruido de fichas, humo abundante de los celtas que fuman, sonrisas irónicas y los ojillos vivos, aunque ya están cansados de haber visto tanto.”

Las campañas se mantuvieron aproximadamente hasta finales de la década de los noventa, donde una parte importante de la mano de obra se fue yendo a la construcción, al calor del boom inmobiliario que se desató en la costa. Hoy forman ya parte de la memoria y del recuerdo.

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ES ADMC 018-MV-V-C065-005-C · Item · 1989
Parte de Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

Reportaje a Antonio Reyes, un trabajador de la Cooperativa de Curtidos de Los Corrales, en 1989.

Tras veinte años emigrado en Cataluña, decidió junto a unos compañeros crear una cooperativa para el curtido de las pieles. En este video nos explica, además del proceso del curtido de las pieles, el de creación de la cooperativa, el significado del cooperativismo –como una solución al problema del trabajo de la zona– y las dificultades por las que atraviesa la cooperativa a la que pertenece.


En la década de los años 80 se crearon varias cooperativas de autoempleo en Los Corrales. Su objetivo era evitar la emigración temporera a distintas zonas del país como le ocurría a la mayor parte de la población de Los Corrales y su entorno.

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ES ADMC 018-MV-V-C065-003-C · Item · 1989
Parte de Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

En el patio interior de la casa de Manuel Velasco y alrededor de una mesa, un grupo de personas charlan sobre su periplo como emigrantes tras las fronteras.

En las conversaciones se abordan las situaciones vividas en los países de acogida, las dificultades atravesadas al abandonar su lugar de origen obligados por la falta de trabajo y la complicada adaptación de sus hijos una vez retornaron a sus pueblos, Los Corrales y Martin de la Jara.

Estas imágenes pasaron a formar parte de un reportaje realizado por al Asociación Juvenil Gente Joven (Los Corrales, Sevilla, España, ca.1980-1995), también conocida como Centro Cultural Mandrágora, que fue llevado posteriormente a Alemania para que fuese proyectado a los emigrantes que no habían vuelto a Los Corrales. Cada uno de los testimonios es una experiencia muy interesante de conocer y forman parte de lo que fue el pasado de cientos de corraleños/as y de decenas de miles de andaluces y andaluzas.

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ES ADMC 018-MV-V-C057-003-C · Item · 1989
Parte de Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

Ocupación de la oficina de empleo de El Saucejo (Sevilla, España), donde hablan Diamantino García Acosta y otro compañero sobre la libertad y solidaridad con Pedro González Cuesta.

En el año 1989 se sucedieron diferentes protestas por la Sierra Sur de Sevilla exigiendo la libertad del Jornalero Pedro González Cuesta, natural de La Algaba. Fue condenado por la ocupación de la finca "Las Harinas"de Morón de la Frontera en 1983; una ocupación para reivindicar el reparto de la tierra para los jornaleros y jornaleras de Andalucía. En el momento en el que se grabó este video, Pedro se encontraba en huelga de hambre solicitando con esta protesta su libertad.

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ES ADMC 018-MV-V-C068-002-C · Item · 1989
Parte de Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

Celebración del Carnaval de los Corrales en 1989 con las letras de la agrupación de los "Presos", denunciando el "desahucio" sufrido por la Asociación Juvenil Gente Joven del local de titularidad municipal que ocupaban para realizar sus actividades.

La agrupación de la Asociación Juvenil Gente Joven se estuvo preparando para la gran fiesta de Los Corrales fuera del local que había sido sede del Centro Cultural Mandrágora. Los ensayos de las letras y todos los preparativos correspondientes se hicieron gracias a la comunidad que habían formado. El resultado fue la agrupación "Presos" que interpretó por las calles de la localidad unas letras críticas contra el "desahucio" llevado a cabo por el Ayuntamiento.


Los Carnavales en Los Corrales fueron recuperados tras el franquismo por iniciativa de la Asociación Juvenil Gente Joven (Los Corrales, Sevilla, España, ca.1980-ca.1995).

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ES ADMC 018-MV-V-C057-001-C · Item · 1989
Parte de Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

Un grupo de personas, en su mayoría mujeres, realizan trabajos de encalado en las paredes del salón parroquial, también conocido como Centro Obrero y Social en la localidad de Los Corrales (Sevilla, España).


La casa parroquial, situada al lado de la iglesia, incluía la vivienda del párroco y contaba con un gran patio y un corral. Debido a sus malas condiciones, en 1987, Diamantino García plantea realizar una obra de reforma, enmarcándola dentro del Plan de Empleo Rural (PER), con el objetivo de destinar a vivienda la parte superior y la inferior a salón social. Diamantino solicita al arzobispado el uso social de esta estancia para ponerla al servicio del pueblo. Una vez realizada la reforma, se empieza a denominar a este espacio Centro Obrero y Social y se inaugura en 1988. En el se llevan a cabo reuniones de tipo sindical, obreras y políticas. Hasta 1995, año en el que Diamantino fallece, es sustituido por el nuevo cura de Los Corrales y vuelve a ser salón parroquial dedicado a actividades de catequesis y reuniones eclesiásticas.

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ES ADMC 018-MV-V-C065-002-C · Item · 1989
Parte de Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

Reportaje a la Cooperativa de Apicultura de Los Corrales, en 1989, formada por unos jóvenes andaluces que trabajan la miel.

Los trabajadores cuentan que la finalidad de la cooperativa es crear puestos de trabajo estables y así evitar la migración como temporeros a otras zonas de España o fuera del territorio nacional. También se habla sobre la autogestión y ausencia de terratenientes. El entrevistador le pregunta a los trabajadores sobre la viabilidad de las cooperativas como un sistema alternativo de trabajo en un contexto, hablando los entrevistados sobre las dificultades a las que se enfrentan y sobre su opinión al respecto.

Esta cooperativa la constituyen un grupo de siete trabajadores, que decidieron formar la cooperativa con dinero propio y con una ayuda oficial de una subvención del 50% de lo que los socios invirtieron.


En la década de los años 80 se crearon varias cooperativas de autoempleo en Los Corrales. Su objetivo era evitar la emigración temporera a distintas zonas del país como le ocurría a la mayor parte de la población de Los Corrales y su entorno.

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ES ADMC 018-MV-V-C057-005-C · Item · 1989
Parte de Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

Manifestación en 1989 en Sevilla por la libertad de Pedro González Cuesta, liderada con la pancarta de "Solidaridad Pedro González, Amnistía Jornaleros".

La manifestación parte desde la Plaza del Duque (Sevilla, España) y va hacia Hospital Macarena en Sevilla, lugar donde permanecía Pedro González Acosta en huelga de hambre y custodiado por seis policías.

Esta manifestación es una de las muchas acciones de protesta que se sucedieron en el año 1989 en Andalucía por la puesta en libertad de del Jornalero Pedro González Cuesta, natural de La Algaba. Fue condenado por la ocupación de la finca "Las Harinas" en Morón de la Frontera en 1983; una ocupación que reivindicaba el reparto de la tierra para los jornaleros y jornaleras de Andalucía.

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ES ADMC 018-MV-V-C068-005-C · Item · 1989
Parte de Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

Marcha contra las bases militares de Morón de la Frontera, organizada por la Coordinadora de Organizaciones Pacifistas de Andalucía (COPA) y celebrada el 4 de diciembre de 1989.

Según fuentes, medio millar de personas asistieron ese día y se manifestaron por las calles de Morón de la Frontera (Sevilla) acompañados de pancartas, banderas y con cánticos en contra de la base aérea militar que es de utilización conjunta hispano-norteamericana. El principal motivo de la protesta era la ampliación que se llevó a cabo de la dicha instalación militar a causa del tratado bilateral con Estados Unidos firmado por el Gobierno español el año anterior.

Tras recorrer las calles de Morón, los manifestantes llegaron hasta el punto que delimita el comienzo de la base que se encuentra a unos 4 kilómetros de la entrada principal de la instalación militar y desde allí, continuaron a pie hasta un control de efectivos de la Guardia Civil. Tal y como se puede ver en la grabación, una barricada formada por militares estuvieron presente durante toda la manifestación.

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ES ADMC 018-MV-V-C065-004-C · Item · 1989
Parte de Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

Reportaje a uno de los fundadores de la primera cooperativa de cerámica en el pueblo de Los Corrales, en 1989.

A lo largo de la década de los 80, se sucederían más ejemplos de estas cooperativas. Podemos escuchar el testimonio de este socio-cooperativista tras 11 años de actividad en la cooperativa, la cual se fundó en abril de 1977. Trabajo, esfuerzo y esperanza son las bases de esta experiencia cuya finalidad es la de evitar la emigración en busca de trabajo.


En la década de los años 80 se crearon varias cooperativas de autoempleo en Los Corrales. Su objetivo era evitar la emigración temporera a distintas zonas del país como le ocurría a la mayor parte de la población de Los Corrales y su entorno.

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ES ADMC 018-MV-V-C065-001-C · Item · [c] 1989
Parte de Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

Campamento de verano del año 1989, organizado por el Movimiento Junior de distintas localidades andaluzas en Algatocín (Málaga, España).

Grabación de la vida cotidiana, actividades y espacio en el que se celebró el campamento de verano de 1989. En el vídeo se muestra la preparación de la comida, la realización de asambleas u otras actividades como el baño en el río Genal. Estos campamentos se celebraban como broche final de la actividad realizada durante el curso, donde participaban niños y jóvenes de los Movimientos Juniors acompañados por adultos.


No resulta fácil resumir en pocas palabras lo que fue el Movimiento Junior en Los Corrales y en otros pueblos, aunque se puede decir que tuvo dos etapas muy activas con características comunes, pero también con matices diferentes. No en todos los lugares existió con la misma intensidad, pero sí con los mismos objetivos.

De lo que no hay duda es que fue el proyecto destinado a niños/as y adolescentes más interesante de la historia de estos pueblos. Sus fines siempre consistieron en formar y concienciar a los futuros jóvenes con los valores humanos más esenciales que deben existir en la sociedad.

La solidaridad, la justicia, la libertad, el compañerismo, el respeto a la naturaleza, la convivencia, la verdadera amistad, la sencillez personal, la ayuda a los demás, el compartir las tareas, las alegrías, o los problemas familiares, etc, etc, siempre fueron los objetivos fundamentales de aquel movimiento.

Tanto en una etapa como en otra, todos/as los/as que vivieron aquellas experiencias guardan extraordinarios recuerdos y sobre todo valoran el esfuerzo y el empeño que le pusieron sus monitores/as y coordinadores por aspirar a construir entre todos/as un mundo más justo. A esa tarea dedicaron buena parte de su tiempo libre de forma totalmente desinteresada un buen grupo de personas, a las que algún día y de alguna manera, habrá que reconocer su labor.

Como señalaba antes se podrían distinguir dos etapas en los que fueron interviniendo diversas circunstancias para que cada una tuviese su principio y su final. La primera se desarrolló entre 1969 y 1975 aproximadamente, y la segunda, entre 1986 y 1997 también de manera aproximada. Han pasado ya treinta años, y los/as niños/as de entonces son hoy adultos/as que rozan o pasan de los cuarenta años. La mayoría están casados/as y buena parte con hijos/as que ahora rondan las mismas edades que ellos/as tenían cuando vivieron aquella experiencia.

El movimiento junior se basaba en la enseñanza a los niños de los valores cristianos. Sin embargo, en Los Corrales, por influencia de Diamantino García, también se trasmitió la capacidad de reflexión y conciencia social, de forma que muchos de estos niños y adolescentes participaron en movimientos sindicales y políticos de la localidad.

El broche final a la reuniones y actividades a lo largo del año eran los campamentos de verano, celebrados durante el mes de Julio, con diferentes turnos de una semana, confluyendo distintos movimientos juniors de los pueblos de Los Corrales, Martín de la Jara, Gilena, Marchena, Pedrera, Ronda, etc. Estos campamentos se hicieron en distintos sitios, como en la Serranía de Ronda en el río Genal del término municipal de Algatocín, en la Sierra Norte de Sevilla, en la Rivera del Hueznar, en la localidad El Bosque en Cádiz, Cañete la real, etc.

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ES ADMC 018-MV-V-C049-002-C · Item · 1989-05-14
Parte de Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

Quinta Marcha a Rota, celebrada el 14 de mayo de 1989, en protesta contra las bases militares y la OTAN.

Participaron 6.000 personas según fuentes oficiales y 15.000 según los convocantes [El País. 1989-05-15]. La marcha comenzó a las 11 de la mañana, en el Parque Calderón del Puerto de Santa María (Cádiz, España), bajo el lema "Andalucía sin bases, desnuclearizada". Se observan a personas con pancartas y cabezudos de caricaturas de Felipe González y otros dirigentes políticos, cantando frases como "Traidor" o "Que se vayan los Yanquis de aquí, que se vayan, que se vayan...", haciendo referencia a la reivindicación principal que era el rechazo a la existencia de bases militares de la OTAN en Rota.

La marcha va por las calles del Puerto dirección a la puerta más cercana de la base militar, conocido como Fuentebravía, situada a unos 6 kilómetros. Se pueden observar banderas anarquistas, andaluzas, republicanas, comunistas, así como pancartas de diferentes organizaciones políticas, tales como Juventudes Comunistas Revolucionarias, Partido Comunista del Pueblo Andaluz (España, 1985-), Partido Comunista de Andalucía (España, 1979-), Comisiones Obreras (sindicato, España, 1962-), Sindicato de Obreros del Campo (Andalucía, España, 1976-2007), Unificación Comunista de España (partido político, España, 1973-). Al llegar a la entrada de la base, un monumento a la paz con una gran paloma y bajo ella diversos misiles de cartón piedra destruidos. En un momento, sueltan una pancarta colgada con globos de helio. La manifestación y grabación finaliza con enfrentamientos entre la Policía Nacional y algunos manifestantes, que arrojaron piedras y levantaron barricadas con bloques de hormigón, retiradas por las fuerzas de seguridad.

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ES ADMC 018-MV-V-C056-004-C · Item · 1988
Parte de Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

Manifestación en Sevilla en 1988 contra la reforma agraria en la comarca de Estepa y Osuna, coincidiendo con la visita del consejero de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía, Miguel Manaute Humanes.

Los manifestantes van por Sevilla con banderas de Andalucía y de otras organizaciones como la Liga Comunista Revolucionaria, cantando lemas como "La tierra para quien la trabaja".

Esta manifestación fue organizada días anteriores en una asamblea celebrada en la ocupación del Cortijo del Marqués, donde se propuso qué actividades podrían realizar para protestar sobre las reformas agrarias que la Junta de Andalucía estaba llevando a cabo en la comarca de la Sierra Sur. Estas reformas tenían el objeto de reactivar las tierras en desuso y dar empleo a los habitantes de las localidades. Sin embargo, los manifestantes comentan que no se han aplicado de forma correcta, puesto que no fomenta el empleo en la localidad.

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ES ADMC 018-MV-V-C056-001-C · Item · 1988
Parte de Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

Celebración del Carnaval de los Corrales en 1988.

Pasacalles del carnaval por Los Corrales, donde se observan a los vecinos disfrazados y dos "cabezudos" de dirigentes políticos. Uno de ellos una caricatura de Felipe González Márquez, el presidente del gobierno de España en el momento de la grabación. A continuación, una chirigota compuesta por jóvenes de la Asociación Juvenil Gente Joven (Los Corrales, Sevilla, España, ca.1980-ca.1995) canta en la puerta de la Iglesia de Los Corrales y en otros lugares del pueblo, haciendo una crítica sociopolítica a las acciones del gobierno del PSOE. La grabación prosigue con imágenes del pasacalles, donde se ve cómo interactúan los carnavaleros con los vecinos, apareciendo Diamantino García Acosta observando el carnaval, así como diferentes pancartas de otras agrupaciones del pueblo, como del Movimiento Junior de Los Corrales (Sevilla, España, 1969-1994). Finalmente, el pasacalles de dirige a la "Caseta Municipal", un salón de actos del Ayuntamiento de Los Corrales donde se celebraban diferentes actividades.


Los Carnavales en Los Corrales fueron recuperados tras el franquismo por iniciativa de la Asociación Juvenil Gente Joven (Los Corrales, Sevilla, España, ca.1980-ca.1995) también conocida como el Centro Cultural Mandrágora. En las letras de sus canciones se incluían críticas sociales al momento que se estaba viviendo y a la política desarrollada a nivel local, un hecho que los colocó en el punto de mira del grupo gobernante del ayuntamiento y fue el desencadenante de las acciones llevadas a cabo para acabar con la asociación y con sus actividades. Días después de la finalización del carnaval de 1988, comenzó una campaña de desprestigio para justificar que el local municipal de la Asociación y del único movimiento juvenil que funcionaba en Los Corrales quedara reconvertido en una oficina para gestiones municipales y para Correos. Sin embargo, la asociación juvenil, a pesar de verse "desahuciados" de su local por el Ayuntamiento, continuaron organizando con sus propios recursos el Carnaval y las actividades con los niños, niñas y sus padres.

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