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          ES ADMC 018 · Colección · [c] 1984-1995

          Esta colección quizás no existiría si en la vida de Manuel Velasco no se hubiesen cruzado una serie de estímulos personales que lo llevaron desde muy joven a recoger testimonios, documentos e imágenes de lo que ocurría en su entorno.

          Desde niño siempre oyó en la barbería de su padre numerosos relatos populares a las personas mayores que por allí pasaban, pero a finales de los años sesenta vinieron a coincidir dos hechos que influirían de manera decisiva en buena parte del contenido posterior del material recopilado.

          En Agosto de 1969 llegó a Los Corrales, su pueblo natal, el cura obrero Diamantino García Acosta, quien iniciaría una intensa labor de concienciación y movilización jornalera que se extendería hasta su fallecimiento. Por otra parte, en noviembre del mismo año, también volvía por primera vez del exilio en Francia su tío; Francisco Haro Reyes, contando el largo y terrible sufrimiento que padeció durante la guerra y la posguerra.

          Estas tres circunstancias permanecieron latentes en las décadas posteriores. En principio, participando en actividades sociales que desembocarían en la Transición política y que le llevaron a implicarse en las reivindicaciones jornaleras del Sindicato Obrero del Campo, en las políticas, junto a la Candidatura Unida de Trabajadores, que concurriría a las primeras elecciones municipales en 1979, y en el asociacionismo juvenil con el surgimiento del Centro Cultural Mandrágora. Ese caldo de cultivo comenzaría a dar sus frutos en la década siguiente.

          En 1981 Manuel Velasco graba en Francia el testimonio oral de su tío Francisco Haro en cintas de cassete . En 1984 desde la asociación juvenil consiguen una cámara y un proyector de Super8 y se hacen varias grabaciones. En 1986 cae sus manos una cámara Betamovie de un familiar que dura hasta 1990. Después continua hasta 1995 con otra de video8, que había que volcar en cintas VHS. Posteriormente surgen ya las grabaciones de los teléfonos móviles. El contenido de la colección responde en gran parte a las motivaciones antes expuestas.

          En consecuencia, cabe señalar que no existe un aprendizaje técnico previo, ni una planificación organizada de las tomas de imágenes. La temática es diversa, así como la calidad. El interés colectivo que pudiera despertar va a depender de los análisis y conclusiones que se desprendan de estas imágenes tomadas hace tres y cuatro décadas atrás.

          Velasco Haro, Manuel (1958-)
          ES ADMC 018-MV-V-C057-002-C · UD · 1987-12-05
          Parte de Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

          Diamantino García Acosta explica en asamblea las negociaciones del gobierno de España en relación el subsidio agrario para el año 1988 y plantea la necesidad de llevar a cabo movilizaciones que contesten la propuesta y de ofrecer alternativas que satisfagan a los jornaleros.

          La exigencia a los jornaleros de un número determinado de peonadas para cobrar el desempleo agrario y la no exigencia a los propietarios de las tierras de facilitar trabajo se traduce en un fraude en las firmas de las peonadas, en el dominio del patrón y el miedo del jornalero a no ser contratado. Se están llevando a cabo movilizaciones para que se elimine la ley de los 60 días y se faciliten contratos de trabajo de cuatro meses en el plan de empleo rural, lo que garantizaría 8 meses de sueldo sin la necesidad de mendigar peonadas. Los cuatro meses restantes los resolvería cada uno según su iniciativa.

          La lucha contra el requisito de las 60 peonadas para poder cobrar el subsidio agrario fue constante por parte del Sindicato de Obreros del Campo (SOC) desde su implantación. Numerosas manifestaciones, marchas, encierros o huelgas consiguieron la reducción a la mitad y eliminarlas a partir de los 52 años, aunque el objetivo siempre fue la desaparición total. Lamentablemente, la existencia de ese requisito en manos de una serie de alcaldes y gobernantes corruptos, lo convirtieron en un negocio electoral para obtener votos a cambio de peonadas.

          Termina la grabación con el comunicado de que en Los Corrales se le ha puesto el nombre de Caparrós a una vía y con un minuto de silencio en en homenaje a Manuel José García Caparrós (1958-1977), fallecido en Málaga el 4 de diciembre de 1977 por el disparo del arma de un guardia civil durante la manifestación por la autonomía de Andalucía.

          Comenta Diamantino que han pasado 10 años y un día, luego la asamblea se estaba celebrando el día 5 de diciembre de 1987.

          Velasco Haro, Manuel (1958-)
          ES ADMC 018-MV-V-C054-002-C · UD · 1987
          Parte de Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

          Discurso de Diamantino García Acosta durante la campaña electoral de la Candidatura Unitaria de Trabajadores para las elecciones municipales de 1987, en el salón de actos del Ayuntamiento conocido popularmente como "Caseta Municipal".

          Diamantino García Acosta menciona los logros del Ayuntamiento de Los Corrales bajo el gobierno de la Candidatura Unitaria de los Trabajadores (CUT) con la figura de Rafael Montes Reyes como alcalde, al que apoya en estas elecciones municipales. Compara la trayectoria de los diferentes ayuntamientos de los pueblos de la Sierra Sur de Sevilla y critica duramente al Partido Socialista Obrero Español (PSOE).


          Desde 1979, la Candidatura Unitaria de Trabajadores estuvo en el Ayuntamiento de Los Corrales. Fue en las elecciones de 1987, que comenzó a gobernar el Partido Socialista Obrero Español, sobre lo que Manuel Velasco Haro dice: "El resultado de aquellas elecciones fue para muchos/as una gran decepción dentro y fuera de la localidad y marcó el comienzo de un lento declive en la trayectoria y en la imagen de un municipio que fue retrocediendo hacia una mentalidad conservadora que se creía superada. Hoy Los Corrales ocupa oficialmente el último lugar en muchos aspectos en la provincia de Sevilla".

          Velasco Haro, Manuel (1958-)
          Donde hay patrón...(2007)
          ES ADMC 007-JLT-V-001-000 · UD · 2007
          Parte de Colección José Luis Tirado (1999-2010)

          El 5 de septiembre de 2007, el pesquero Nuevo Pepita Aurora naufragó a 14 millas al suroeste de la costa de Barbate (Cádiz). De los dieciséis tripulantes, ocho salvaron la vida, tres han fallecido y cinco siguen desaparecidos.

          El documental Donde hay patrón... parte del suceso del naufragio para sacar a flote las condiciones laborales y socioeconómicas de los trabajadores de la pesca de bajura del pueblo de Barbate. Una historia local que, a su vez, es global. Un relato coral protagonizado por marineros que reflexionan colectivamente y construyen, desde la idiosincrasia de su particular y creativo lenguaje, un discurso centrado en la precariedad y el riesgo laboral, en la deslocalización y la globalización de la ideología del libre mercado. Sin perspectivas de futuro, como parte de su paisaje cotidiano, los protagonistas reclaman otras condiciones de vida y de trabajo más allá de la vieja e imperante dialéctica del amo y del esclavo.

          Tirado, José Luis (1954-)
          ES ADMC 018-MV-V-C014-001-C · UD · 1990
          Parte de Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

          Imágenes de la caseta autogestionada del Sindicato del Obreros del Campo (SOC) y el ambiente de noche de la Feria de Los Corrales, en agosto 1990.


          El Sindicato de Obreros del Campo montaba una caseta de feria diferente a la caseta municipal, que durante años fue una forma de recaudar fondos, a parte de ofrecer a la gente un lugar con precios más económicos e identificado con los ideales del SOC. Esta iniciativa comenzó en 1976 y en 2003 fue el último año que se organizó. En total participaban entre 25 a 30 personas en turnos de 24 horas en los que se ofrecían de forma voluntaria para cocinar, servir como camarero o realizando tareas de limpieza.

          En la caseta se vivía la feria y se adornaba con carteles del sindicato, con pancartas, lemas, etc. El adorno llevaba mensajes del propio sindicato, lo que daba a entender que era una caseta sindical. También con lemas de Diamantino como por ejemplo: “la vida no tiene sentido, si no es para servir a los demás”. Tenía bastante público y el servicio era rápido porque participaba mucha gente. Cada día se hacía una comida conjunta donde todos los participantes la disfrutaban juntos. La experiencia también servía como una especie de convivencia entre los participantes.

          Durante los años que la Candidatura Unitaria de Trabajadores estuvo en el ayuntamiento (1979-1987), la caseta del SOC estuvo ubicada en la conocida como "caseta municipal" que constituía el Salón de Actos del Ayuntamiento del pueblo.

          Después de veintitantos años, por distintos motivos el número de participantes se fue aminorando. Con menos voluntarios, algunos de los participantes tenía que repetir turnos lo que provocaba que dejasen de participar ya que suponía trabajar más tiempo para suplir la poca participación. Se fue reduciendo el número de voluntarios y las generaciones que se iban sucediendo no participaban en el trabajo voluntario de la caseta.

          Velasco Haro, Manuel (1958-)
          ES ADMC 018-MV-V-C031-003-C · UD · 1990-1991
          Parte de Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

          Una vez terminada la manifestación por las calles de Pedrera y tras las oratorias de los portavoces sindicales, se celebró una asamblea organizativa en la que las posturas de todos los sindicatos chocan con Comisiones Obreras. Intervienen en la asamblea: Francisco Campos, también conocido como "Tarzán", de Comisiones Obreras, un sindicalista de Confederación Nacional del Trabajo (CNT), Diamantino García Acosta y Juan Manuel Sánchez Gordillo, militantes del Sindicato de Obreros del Campo (SOC).

          Los vídeos que se poseen sobre este evento, siguen el siguiente orden cronológico:


          Por Manuel Velasco Haro.
          Entre Diciembre de 1990 y Enero de 1991, tuvo lugar la mayor huelga que se recuerda en el campo andaluz de las últimas décadas. Durante más de cincuenta días se paralizó la recogida de la aceituna por varias provincias andaluzas. El punto de partida fue Pedrera. A ella se fueron sumando con fuerza todos los pueblos de la Sierra Sur, y de ahí saltó a otras comarcas de Sevilla, Málaga y Córdoba.

          Las principales reivindicaciones fueron; un salario de 3500 pesetas, frente a las 3000 pesetas que se cobraban, (18 euros actuales), así como el derecho a un trabajo digno para las mujeres, ya que ganaban menos y en muchos tajos estaban excluidas.

          En esos casi dos meses de conflicto, largas caravanas de coches recorrían carretera a carretera, pueblo a pueblo, y tajo a tajo, para mantener el pulso a la patronal, que también organizó desde Estepa una campaña de contra- piquetes y esquirolaje para romper la huelga.

          Se vivieron muchos momentos de tensión, muchas asambleas en las plazas y locales públicos, muchas polémicas; entre quienes defendían que había que ganar aquella batalla y quienes estaban dispuestos a trabajar incluso por menos sueldo, con tal de no perder ni un día.

          Finalmente la huelga logró sus objetivos con enormes esfuerzos por parte de mucha gente. Los jornales de l@s aceituner@s experimentaron la mayor subida de la historia, muy por encima de todos los convenios firmados anteriormente por UGT y CCOO.

          Desde el primer momento, la patronal quiso marginar al SOC y a la CNT de cualquier negociación, los mayores impulsores de la huelga, para reunirse sólo con CC.OO y UGT, a pesar de que ésta última apenas participó, pero la presión de los pueblos era muy fuerte.

          En Los Corrales, al finalizar la huelga, la asociación juvenil Mandrágora compuso unas letras para el carnaval de 1991, que empezaban diciendo:

          “Se acabó la huelga ya de la aceituna,
          que por estos pueblos tanto ha dao que hablar,
          porque a bajo sueldo no cogían ni una,
          los aceituneros en la temporá.
          Por que cuesta mucho echar un talego
          y después el coche también hay que pagar,
          se ha puesto la gente pidiendo un arreglo,
          ¡ Que poco se gana harto varear!
          “¡Porqué! “, pregunta una mujer,
          que ella tenga que ser quien menos vale,
          y quien tiene que defender su condición,
          si va arrastrando por los tajos
          las rodillas y el riñón (...)"

          Velasco Haro, Manuel (1958-)
          ES ADMC 018-MV-V-C031-004-C · UD · 1990-1991
          Parte de Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

          Manifestación por la Huelga de la aceituna que discurre por las calles del pueblo de Gilena el 14 de enero de 1991, hasta llegar a la plaza de la iglesia, donde toman la palabran un sindicalista de Comisiones Obreras, dos sindicalistas de Confederación Nacional del Trabajo y Juan Manuel Sánchez Gordillo del Sindicato de Obreros del Campo.

          Los vídeos que se poseen sobre este evento, siguen el siguiente orden cronológico:


          Entre Diciembre de 1990 y Enero de 1991, tuvo lugar la mayor huelga que se recuerda en el campo andaluz de las últimas décadas. Durante más de cincuenta días se paralizó la recogida de la aceituna por varias provincias andaluzas. El punto de partida fue Pedrera. A ella se fueron sumando con fuerza todos los pueblos de la Sierra Sur, y de ahí saltó a otras comarcas de Sevilla, Málaga y Córdoba.

          Las principales reivindicaciones fueron; un salario de 3500 pesetas, frente a las 3000 pesetas que se cobraban, (18 euros actuales), así como el derecho a un trabajo digno para las mujeres, ya que ganaban menos y en muchos tajos estaban excluidas.

          En esos casi dos meses de conflicto, largas caravanas de coches recorrían carretera a carretera, pueblo a pueblo, y tajo a tajo, para mantener el pulso a la patronal, que también organizó desde Estepa una campaña de contra- piquetes y esquirolaje para romper la huelga.

          Se vivieron muchos momentos de tensión, muchas asambleas en las plazas y locales públicos, muchas polémicas; entre quienes defendían que había que ganar aquella batalla y quienes estaban dispuestos a trabajar incluso por menos sueldo, con tal de no perder ni un día.

          Finalmente la huelga logró sus objetivos con enormes esfuerzos por parte de mucha gente. Los jornales de l@s aceituner@s experimentaron la mayor subida de la historia, muy por encima de todos los convenios firmados anteriormente por UGT y CCOO.

          Desde el primer momento, la patronal quiso marginar al SOC y a la CNT de cualquier negociación, los mayores impulsores de la huelga, para reunirse sólo con CC.OO y UGT, a pesar de que ésta última apenas participó, pero la presión de los pueblos era muy fuerte.

          En Los Corrales, al finalizar la huelga, la asociación juvenil Mandrágora compuso unas letras para el carnaval de 1991, que empezaban diciendo:

          “Se acabó la huelga ya de la aceituna,
          que por estos pueblos tanto ha dao que hablar,
          porque a bajo sueldo no cogían ni una,
          los aceituneros en la temporá.
          Por que cuesta mucho echar un talego
          y después el coche también hay que pagar,
          se ha puesto la gente pidiendo un arreglo,
          ¡ Que poco se gana harto varear!
          “¡Porqué! “, pregunta una mujer,
          que ella tenga que ser quien menos vale,
          y quien tiene que defender su condición,
          si va arrastrando por los tajos
          las rodillas y el riñón (...)"

          Velasco Haro, Manuel (1958-)
          ES ADMC 018-MV-V-C031-001-C · UD · 1990-1991
          Parte de Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

          Manifestación por las calles de Pedrera, que dio inicio a la Huelga de la Aceituna, el 11 de diciembre de 1990. Al finalizar, en la puerta de la parroquia de San Sebastián toman la palabra Diego Cañamero, secretario del Sindicato de Obreros del Campo, José Luis García Rúa, secretario de la Confederación Nacional del Trabajo y un sindicalista de Comisiones Obreras. Esta manifestación dio inicio a la Huelga de la Aceituna, el 11 de diciembre de 1990.

          Los vídeos que se poseen sobre este evento, siguen el siguiente orden cronológico:


          Entre Diciembre de 1990 y Enero de 1991, tuvo lugar la mayor huelga que se recuerda en el campo andaluz de las últimas décadas. Durante más de cincuenta días se paralizó la recogida de la aceituna por varias provincias andaluzas. El punto de partida fue Pedrera. A ella se fueron sumando con fuerza todos los pueblos de la Sierra Sur, y de ahí saltó a otras comarcas de Sevilla, Málaga y Córdoba.

          Las principales reivindicaciones fueron; un salario de 3500 pesetas, frente a las 3000 pesetas que se cobraban, (18 euros actuales), así como el derecho a un trabajo digno para las mujeres, ya que ganaban menos y en muchos tajos estaban excluidas.

          En esos casi dos meses de conflicto, largas caravanas de coches recorrían carretera a carretera, pueblo a pueblo, y tajo a tajo, para mantener el pulso a la patronal, que también organizó desde Estepa una campaña de contra- piquetes y esquirolaje para romper la huelga.

          Se vivieron muchos momentos de tensión, muchas asambleas en las plazas y locales públicos, muchas polémicas; entre quienes defendían que había que ganar aquella batalla y quienes estaban dispuestos a trabajar incluso por menos sueldo, con tal de no perder ni un día.

          Finalmente la huelga logró sus objetivos con enormes esfuerzos por parte de mucha gente. Los jornales de l@s aceituner@s experimentaron la mayor subida de la historia, muy por encima de todos los convenios firmados anteriormente por UGT y CCOO.

          Desde el primer momento, la patronal quiso marginar al SOC y a la CNT de cualquier negociación, los mayores impulsores de la huelga, para reunirse sólo con CC.OO y UGT, a pesar de que ésta última apenas participó, pero la presión de los pueblos era muy fuerte.

          En Los Corrales, al finalizar la huelga, la asociación juvenil Mandrágora compuso unas letras para el carnaval de 1991, que empezaban diciendo:

          “Se acabó la huelga ya de la aceituna,
          que por estos pueblos tanto ha dao que hablar,
          porque a bajo sueldo no cogían ni una,
          los aceituneros en la temporá.
          Por que cuesta mucho echar un talego
          y después el coche también hay que pagar,
          se ha puesto la gente pidiendo un arreglo,
          ¡ Que poco se gana harto varear!
          “¡Porqué! “, pregunta una mujer,
          que ella tenga que ser quien menos vale,
          y quien tiene que defender su condición,
          si va arrastrando por los tajos
          las rodillas y el riñón (...)"

          Velasco Haro, Manuel (1958-)
          ES ADMC 018-MV-V-C031-001A-C · UD · 1990-1991
          Parte de Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

          Piquete en un olivar, por el inicio de la huelga de la aceituna en Pedrera en 1990. Tras la manifestación, los asistentes van a un olivar para hacer un piquete y comunicar a los trabajadores del olivar que se ha iniciado la huelga, con los cuales discuten.

          Los vídeos que se poseen sobre este evento, siguen el siguiente orden cronológico:


          Entre Diciembre de 1990 y Enero de 1991, tuvo lugar la mayor huelga que se recuerda en el campo andaluz de las últimas décadas. Durante más de cincuenta días se paralizó la recogida de la aceituna por varias provincias andaluzas. El punto de partida fue Pedrera. A ella se fueron sumando con fuerza todos los pueblos de la Sierra Sur, y de ahí saltó a otras comarcas de Sevilla, Málaga y Córdoba.

          Las principales reivindicaciones fueron; un salario de 3500 pesetas, frente a las 3000 pesetas que se cobraban, (18 euros actuales), así como el derecho a un trabajo digno para las mujeres, ya que ganaban menos y en muchos tajos estaban excluidas.

          En esos casi dos meses de conflicto, largas caravanas de coches recorrían carretera a carretera, pueblo a pueblo, y tajo a tajo, para mantener el pulso a la patronal, que también organizó desde Estepa una campaña de contra- piquetes y esquirolaje para romper la huelga.

          Se vivieron muchos momentos de tensión, muchas asambleas en las plazas y locales públicos, muchas polémicas; entre quienes defendían que había que ganar aquella batalla y quienes estaban dispuestos a trabajar incluso por menos sueldo, con tal de no perder ni un día.

          Finalmente la huelga logró sus objetivos con enormes esfuerzos por parte de mucha gente. Los jornales de l@s aceituner@s experimentaron la mayor subida de la historia, muy por encima de todos los convenios firmados anteriormente por UGT y CCOO.

          Desde el primer momento, la patronal quiso marginar al SOC y a la CNT de cualquier negociación, los mayores impulsores de la huelga, para reunirse sólo con CC.OO y UGT, a pesar de que ésta última apenas participó, pero la presión de los pueblos era muy fuerte.

          En Los Corrales, al finalizar la huelga, la asociación juvenil Mandrágora compuso unas letras para el carnaval de 1991, que empezaban diciendo:

          “Se acabó la huelga ya de la aceituna,
          que por estos pueblos tanto ha dao que hablar,
          porque a bajo sueldo no cogían ni una,
          los aceituneros en la temporá.
          Por que cuesta mucho echar un talego
          y después el coche también hay que pagar,
          se ha puesto la gente pidiendo un arreglo,
          ¡ Que poco se gana harto varear!
          “¡Porqué! “, pregunta una mujer,
          que ella tenga que ser quien menos vale,
          y quien tiene que defender su condición,
          si va arrastrando por los tajos
          las rodillas y el riñón (...)"

          Velasco Haro, Manuel (1958-)
          ES ADMC 018-MV-V-C031-001B-C · UD · 1990-1991
          Parte de Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

          Piquete en un molino de aceite de una Cooperativa de Gilena, por el inicio de la Huelga de la aceituna en 1990. Tras realizar sin éxito el piquete en el olivar por conflictos con los trabajadores de allí, los manifestantes se dirigen al molino de aceite de la Cooperativa de Gilena que procesaba esos olivos. Allí, vuelven a discutir con los mismos trabajadores del olivar, sobre las circunstancias que llevan a la huelga y sobre cómo deben de apoyarse entre los agricultores y jornaleros frente a la situación del campo andaluz.

          Los vídeos que se poseen sobre este evento, siguen el siguiente orden cronológico:


          Entre Diciembre de 1990 y Enero de 1991, tuvo lugar la mayor huelga que se recuerda en el campo andaluz de las últimas décadas. Durante más de cincuenta días se paralizó la recogida de la aceituna por varias provincias andaluzas. El punto de partida fue Pedrera. A ella se fueron sumando con fuerza todos los pueblos de la Sierra Sur, y de ahí saltó a otras comarcas de Sevilla, Málaga y Córdoba.

          Las principales reivindicaciones fueron; un salario de 3500 pesetas, frente a las 3000 pesetas que se cobraban, (18 euros actuales), así como el derecho a un trabajo digno para las mujeres, ya que ganaban menos y en muchos tajos estaban excluidas.

          En esos casi dos meses de conflicto, largas caravanas de coches recorrían carretera a carretera, pueblo a pueblo, y tajo a tajo, para mantener el pulso a la patronal, que también organizó desde Estepa una campaña de contra- piquetes y esquirolaje para romper la huelga.

          Se vivieron muchos momentos de tensión, muchas asambleas en las plazas y locales públicos, muchas polémicas; entre quienes defendían que había que ganar aquella batalla y quienes estaban dispuestos a trabajar incluso por menos sueldo, con tal de no perder ni un día.

          Finalmente la huelga logró sus objetivos con enormes esfuerzos por parte de mucha gente. Los jornales de l@s aceituner@s experimentaron la mayor subida de la historia, muy por encima de todos los convenios firmados anteriormente por UGT y CCOO.

          Desde el primer momento, la patronal quiso marginar al SOC y a la CNT de cualquier negociación, los mayores impulsores de la huelga, para reunirse sólo con CC.OO y UGT, a pesar de que ésta última apenas participó, pero la presión de los pueblos era muy fuerte.

          En Los Corrales, al finalizar la huelga, la asociación juvenil Mandrágora compuso unas letras para el carnaval de 1991, que empezaban diciendo:

          “Se acabó la huelga ya de la aceituna,
          que por estos pueblos tanto ha dao que hablar,
          porque a bajo sueldo no cogían ni una,
          los aceituneros en la temporá.
          Por que cuesta mucho echar un talego
          y después el coche también hay que pagar,
          se ha puesto la gente pidiendo un arreglo,
          ¡ Que poco se gana harto varear!
          “¡Porqué! “, pregunta una mujer,
          que ella tenga que ser quien menos vale,
          y quien tiene que defender su condición,
          si va arrastrando por los tajos
          las rodillas y el riñón (...)"

          Velasco Haro, Manuel (1958-)
          ES ADMC 018-MV-V-C031-002-C · UD · 1990-1991
          Parte de Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

          Manifestación por la Huelga de la aceituna, con el mismo recorrido que la primera que se celebró en esta huelga y que transcurre por las calles de Pedrera. Finaliza en la parroquia de San Sebastián, donde toman la palabra un sindicalista de Comisiones Obreras, un sindicalista de Confederación Nacional del Trabajo y Juan Manuel Sánchez Gordillo del Sindicato de Obreros del Campo.

          Los vídeos que se poseen sobre este evento, siguen el siguiente orden cronológico:


          Entre Diciembre de 1990 y Enero de 1991, tuvo lugar la mayor huelga que se recuerda en el campo andaluz de las últimas décadas. Durante más de cincuenta días se paralizó la recogida de la aceituna por varias provincias andaluzas. El punto de partida fue Pedrera. A ella se fueron sumando con fuerza todos los pueblos de la Sierra Sur, y de ahí saltó a otras comarcas de Sevilla, Málaga y Córdoba.

          Las principales reivindicaciones fueron; un salario de 3500 pesetas, frente a las 3000 pesetas que se cobraban, (18 euros actuales), así como el derecho a un trabajo digno para las mujeres, ya que ganaban menos y en muchos tajos estaban excluidas.

          En esos casi dos meses de conflicto, largas caravanas de coches recorrían carretera a carretera, pueblo a pueblo, y tajo a tajo, para mantener el pulso a la patronal, que también organizó desde Estepa una campaña de contra- piquetes y esquirolaje para romper la huelga.

          Se vivieron muchos momentos de tensión, muchas asambleas en las plazas y locales públicos, muchas polémicas; entre quienes defendían que había que ganar aquella batalla y quienes estaban dispuestos a trabajar incluso por menos sueldo, con tal de no perder ni un día.

          Finalmente la huelga logró sus objetivos con enormes esfuerzos por parte de mucha gente. Los jornales de l@s aceituner@s experimentaron la mayor subida de la historia, muy por encima de todos los convenios firmados anteriormente por UGT y CCOO.

          Desde el primer momento, la patronal quiso marginar al SOC y a la CNT de cualquier negociación, los mayores impulsores de la huelga, para reunirse sólo con CC.OO y UGT, a pesar de que ésta última apenas participó, pero la presión de los pueblos era muy fuerte.

          En Los Corrales, al finalizar la huelga, la asociación juvenil Mandrágora compuso unas letras para el carnaval de 1991, que empezaban diciendo:

          “Se acabó la huelga ya de la aceituna,
          que por estos pueblos tanto ha dao que hablar,
          porque a bajo sueldo no cogían ni una,
          los aceituneros en la temporá.
          Por que cuesta mucho echar un talego
          y después el coche también hay que pagar,
          se ha puesto la gente pidiendo un arreglo,
          ¡ Que poco se gana harto varear!
          “¡Porqué! “, pregunta una mujer,
          que ella tenga que ser quien menos vale,
          y quien tiene que defender su condición,
          si va arrastrando por los tajos
          las rodillas y el riñón (...)"

          Velasco Haro, Manuel (1958-)
          ES ADMC 018-MV-V-C052-001-C · UD · 1988-12-14
          Parte de Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

          Los Corrales durante la huelga general del 14 de diciembre de 1988, convocada por los sindicatos Comisiones Obreras y Unión General de Trabajadores contra las políticas sociales y económicas de estilo neoliberal que desarrolladas por el PSOE, con medidas de recorte y precarización del empleo.

          El vídeo comienza mostrando el ambiente en la localidad, con locales y comercios cerrados y pintadas que llaman a la participación de la huelga. Desde el Centro Obrero y Social, se disponen unos altavoces para ir escuchando las noticias sobre la huelga, que es escuchado por un grupo de personas se concentra para escuchar las noticias. A continuación, Diamantino García Acosta, da una charla en la plaza de la localidad, donde habla de las causas de la huelga como es la falta de trabajo en el campo, la precarización del subsidio agrario y la exigencia de las 60 peonadas, así como la jubilación anticipada de los ancianos trabajadores del campo. También habla de la migración a Francia o Navarra a la que se ven obligados los jornaleros por la falta de trabajo. Continúa hablado de la esencialidad de la clase trabajadora para el desarrollo del país y cómo su valor se nota en las huelgas generales. Le sucede hablando Rafael Montes Velasco, alcalde de Los Corrales, sobre el Partido Socialista Obrero Español (España, 1879-), la emigración y el paro al que se enfrentan los jornaleros.

          Tras las charlas, comienza una manifestación por las calles del pueblo, con una pancarta y banderas de Andalucía, mientras va cantando lemas contra Felipe González, sobre la huelga general, la exigencia de trabajo, la reforma agraria, etc. Vuelven a la puerta del Centro Obrero y Social, donde cantan el himno de Andalucía.

          Velasco Haro, Manuel (1958-)
          ES ADMC 018-MV-V-C032-001-C · UD · 1995-05-01
          Parte de Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

          Ocupación reivindicativa durante el 1º de Mayo, día del trabajador, por el derecho a la tierra y el trabajo. El Sindicato de Obreros del Campo (SOC) y la Confederación General del Trabajo (CGT) ocupan esta finca perteneciente a Patrimonio Histórico del Estado.

          Protestan contra la realidad de los grandes latifundios que se encontraban en situación de semi abandono y que no daban trabajo a los jornaleros y jornaleras de la comarca. Estas ideas son expresadas por Diego Cañamero Valle en un discurso donde además explica la historia de la finca ocupada.

          Velasco Haro, Manuel (1958-)
          ES ADMC 018-MV-V-C059-002-C · UD · 1988
          Parte de Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)2

          Ocupación del cortijo El Humoso (Écija, Sevilla) en 1988 por el Sindicato de Obreros del Campo para pedir la expropiación de estos terrenos para la explotación y gestión mediante cooperativas por el pueblo de Marinaleda. El cortijo El Humoso fue ocupado repetidas veces como forma de protesta simbólica.

          Velasco Haro, Manuel (1958-)