Natal de los Corrales, jornalero desde los 13 años y afiliado a las juventudes socialistas desde los 16 años. Con el comienzo de la Guerra Civil, huyó con su familia a un cortijo cercano de los Corrales, y de allí a Campillos (Málaga). En este período de tiempo, vivió los bombardeos de la carretera de Málaga-Almería, acontecimiento que fue conocido como “La desbandá”, llegando posteriormente a la provincia de Almería y de ahí a Tarragona, donde se alistó en el ejército Republicano, luchando en varios sitios hasta ser destinado al Frente de Aragón. Tras la victoria del Bando Nacional, se exilió a Francia.
En 1939 volvió a España tras conocer el anuncio de “una repatriación generosa para quien no tuviera las manos manchadas de sangre”, entregándose en Figueras, donde comenzó su traslado por diferentes cárceles hasta llegar a Sevilla donde pasó dos años en prisión.
En 1941 queda puesto en libertad ya con 22 años y vuelve a los Corrales como aceitunero, lo cual duró poco al ser llamado para el servicio militar, destinado al batallón de trabajo de Unamuno en Madrid, al canal de los presos de Sevilla y a Ciudad Real, sitio al que no llegó puesto que se tiró del tren, comenzando una nueva etapa de clandestinidad en su localidad y de exilio en Francia, volviendo a los Corrales de visita en el otoño de 1969.
Conocida también como "Centro Cultural Mandrágora", fue creada aproximadamente en 1980 por antiguos participantes del Movimiento Junior de Los Corrales. Durante la década de 1980 tuvo una gran actividad que giraba en torno a la participación de los jóvenes. Una de las que se realizó fue la recuperación del carnaval de Los Corrales. También realizaban excursiones a la playa, teatros y actividades lúdicas dirigidas a los niños.
En sus primeros años tuvieron muy buena relación con el Ayuntamiento de Los Corrales, gobernado por la Candidatura Unitaria de los Trabajadores (CUT), que les cedió un local municipal en el entorno del año 1984. Con el cambio de gobierno municipal al PSOE, en 1987, comenzaron las pugnas sobre este local y la imposición de compartirlo con otras organizaciones y actividades del Ayuntamiento. En 1988, se llevaron a cabo diversas acciones que denunciaban la situación, tales como una manifestación nocturna o la ocupación del Ayuntamiento por parte de jóvenes de la localidad. Finalmente, un día el ayuntamiento cambió la cerradura sin previo aviso y el espacio comenzó a ser la oficina de Correos. Pese a estas dificultades, la asociación siguió activa hasta 1995.