Performancero, poeta y activista político y cultural, el granadino Miguel Benlloch fue uno de los principales dinamizadores culturales de su ciudad natal, en la cual fundó en 1983 la sala Planta Baja, bastión de la contracultura en la capital granadina y lugar abierto a las nuevas influencias musicales y artísticas que comenzaban a llegar a España. Durante los años que estuvo abierta la sala Planta Baja, convergieron en su interior numerosas personalidades del mundo del diseño, artistas plásticos, filósofos y poetas, entre los cuales se encontraban los reunidos en torno a la revista Olvidos de Granada. Es en esta revista donde Benlloch escribe el artículo Placeres prohibidos (1986) para posicionarse ante la codificación de la vida sexual y afectos de los individuos por parte del control estatal, ante los mecanismos del poder que no solo se ejercen por medio de la ideología sino del dominio de los cuerpos.
Sus inicios en el mundo de la performance se encuentran en 1986 con el CUTRE CHOU, una serie de parodias cabareteras sobre acontecimientos políticos del momento, representadas hasta 1994. Desde entonces, sus performances han tenido gran éxito, siendo presentadas en numerosos museos, salas y espacios, como The Kitchen, Nueva York; Koldo Mitxelena, San Sebastián; Festival La Batie, Ginebra; Centro Andaluz de Arte Contemporáneo CAAC, Sevilla; Big Social Game, Bigtorino, Turín; Arteleku, San Sebastián; Museo d’Art Contemporani de Barcelona MACBA; Museu Picasso, Barcelona; Ex Teresa, México DF; Museo Nacional de Arte y Museo Nacional de Etnografía y Folklore, La Paz, Bolivia; Tabakalera, San Sebastián; Centro de Creación Contemporánea de Andalucía C3A, Córdoba; CentroCentro Cibeles de Cultura y Ciudadanía, Madrid; y en Sala Atín Aya, Sevilla.