Natal de los Corrales, jornalero desde los 13 años y afiliado a las juventudes socialistas desde los 16 años. Con el comienzo de la Guerra Civil, huyó con su familia a un cortijo cercano de los Corrales, y de allí a Campillos (Málaga). En este período de tiempo, vivió los bombardeos de la carretera de Málaga-Almería, acontecimiento que fue conocido como “La desbandá”, llegando posteriormente a la provincia de Almería y de ahí a Tarragona, donde se alistó en el ejército Republicano, luchando en varios sitios hasta ser destinado al Frente de Aragón. Tras la victoria del Bando Nacional, se exilió a Francia.
En 1939 volvió a España tras conocer el anuncio de “una repatriación generosa para quien no tuviera las manos manchadas de sangre”, entregándose en Figueras, donde comenzó su traslado por diferentes cárceles hasta llegar a Sevilla donde pasó dos años en prisión.
En 1941 queda puesto en libertad ya con 22 años y vuelve a los Corrales como aceitunero, lo cual duró poco al ser llamado para el servicio militar, destinado al batallón de trabajo de Unamuno en Madrid, al canal de los presos de Sevilla y a Ciudad Real, sitio al que no llegó puesto que se tiró del tren, comenzando una nueva etapa de clandestinidad en su localidad y de exilio en Francia, volviendo a los Corrales de visita en el otoño de 1969.